“LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS”
(Acatepec, y una historia de fe)
Isaías
López Abundis
En Acatepec,
Municipio de Ometepec, Gro., existe un santuario de la Virgen de los Remedios. Se
dice que es muy milagrosa y es visitada el día primero de septiembre de cada
año por familias y peregrinos que buscan consuelo y alivio a sus problemas de
salud, principalmente. Después de una investigación, presento a Ustedes una breve semblanza:
Historia vaga, pero
bella leyenda, que se ubica en los tiempos de aventuras de guerreros
mercenarios extremeños de la época de Hernán Cortés, a finales del siglo XV, y
que enmarcan a la pequeña imagen de la Virgen de los Remedios y el diminuto
"niño" que sobre su pecho alberga. La Virgen de los Remedios, es
asociada a la conquista,; sería ella, por esencia, la virgen Española y
protectora de los indígenas que al abrazar la alianza hispana, la toman como
especial protectora.
Existe la leyenda
que andando el tiempo; en la Gran Tenochtitlán, luego de que Cortés mandó
retirar del Templo Mayor a los dioses aztecas, Rodríguez de Villafuerte colocó
en el lugar de huitzilopochtli a la virgen española, sitio del que la rescató
antes de huir con sus compañeros en la memorable noche (la Noche Triste) del 30
de junio de 1520, ocasión en la que -según los cronistas- Rodríguez de
villafuerte prefirió cargar con su Virgen que con el oro que codiciosamente, a
pesar de su gravísima situación, los otros apañaban; y que, en gran medida, fue
lo que, por el sobrepeso, les costó la vida.
Horas después del desastre, cuando
Cortés llegó y derramó lágrimas en el sabino de San Juan, a un lado del Cerro
de los Remedios, en Naucalpan, Rodríguez de Villafuerte ocultó su virgen en la
oquedad de un maguey que le pareció a propósito en la cima de aquel cerro,
llamado entonces de Otomcopolco ("lugar de otomíes").
La imagen no fue localizada sino 20
años después por el cacique otomí Ce cuauhtli, bautizado luego como Juan del
Aguila Tovar, quien la llevó a su casa; pero como la imagen volviera -según la
leyenda- una y otra vez al sitio en que el cacique la encontró, fue ahí donde
los religiosos de Tacuba decidieron erigirle una iglesia, en la inteligencia de
que la actual no tiene ya nada de aquélla.
Al principio, el templo fue una
humildísima ermita que, con el tiempo, decayó en un estado verdaderamente
deplorable, por lo que el regidor y obrero mayor de la Ciudad de México, García de
Albornoz, influyó para que el Cabildo se interesara en la construcción de un
santuario en sustitución de la casi destruida ermita
Existe también otra
leyenda que dice que en el cerro de los pájaros, se apareció la Virgen de los Remedios. En
1574 se construyó una capilla en su honor, y en 1628 se le agregaron la bóveda
y la cúpula, fue en la Capital
de México, donde se generaron las primeras procesiones saliendo con gran pompa
de la Iglesia
de la Santa Veracruz
y terminando en su templo de Naucalpan.
Es Acatepec junto
con Azoyú, Igualapa, cuauhtepec, quetzalapa, Xochistlahuaca (y otros) de esos
pueblos que mantienen su pureza provinciana; Acatepec, en dialecto Mexicano
quiere decir “el cerro de los carrizos”, es un hermoso pueblito, primer
subalterno del Municipio de Ometepec, donde se venera a la Virgen de los Remedios el
día 1º. De septiembre, y a Sn. Sebastián el día veinte de enero, ahí nació mi
padre el Sr. Isaías López Oliva, de quien quiero contar lo
siguiente:
Huérfano de padre y
madre, mi papá creció como decía él, “a la buena de Dios”, guiado por sus
hermanos mayores Margarito y Ricarda, quienes entre sus aciertos tuvieron el
acercarlo a la
Iglesia Católica donde se hizo fiel devoto de la Virgen de los Remedios, ahí
en la Iglesia,
junto con otros niños aprendió a cantar (de memoria) cantos religiosos en
Latín, para Misas y otros eventos, de sus compañeros siempre recordaba con cariño
a Don Bertoldo De la
Cruz. Después llegó una “Misión Cultural” y aprendió también
a tocar la trompeta, nos contaba que a los dieciséis años era ya un músico
aventajado y así, pasó a formar parte de la banda de “chile frito” del pueblo,
aquella que al llamado de una tambora se reunían para amenizar lo mismo la
feria del pueblo, una boda, una velación religiosa ó mortuoria y siempre ¡de
manera gratuita y obligatoriamente “voluntaria”!
En el año de 1944,
llevando consigo 20 años de edad y una trompeta bajo el brazo, llegó a Azoyú
contratado por Don Medardo Bautista para
que tocara los sones de la puesta por primera vez en el pueblo, de la danza de
“La Conquista”,
danza que a través de los años, ha dado satisfacción, identidad y orgullo a mi
querido Azoyú; al mismo tiempo mi papá se integra como trompetista de la
orquesta que formaran los Hermanos Bautista Priego, Don Gabriel Estrada, Don
Manuel Suárez, Don Agapito Salinas, y otros. También se integra como cantor de
Misas en latín en la Iglesia
local con el Padre Rafael Cortés Gaspar, actual Párroco de Ometepec, Gro.
Paralela y religiosamente, cada año iba a Acatepec, su pueblo natal, a
refrendarle su amor y su fe a la
Virgen de los Remedios, en ocasiones a lomo de caballo y a
veces a pie cruzando el río por “el paso del chalán”. Aparte de ser músico, mi
padre fue peluquero, pintor y albañil, éste último oficio lo aprendió de
Indalecio Ramírez el compositor oriundo de Igualapa Guerrero, y de su padre,
don Vidal Ramírez Guillén, cuando a finales de los años 50 estuvieron
trabajando en Azoyú.
En 1965, nos
trasladamos a vivir a Marquelia, y mi padre prosigue su vida ligada a la fe y a
la religión Cristiana, dando su servicio a la Iglesia con devota
entrega, con ayuda del Padre Abel García, mi padre y otros señores fundan la “Adoración
Nocturna” de la cual fue presidente casi veinte años consecutivos, y nunca dejó
de visitar a la Virgen
de los Remedios, en 2004 (un año antes de morir) estuvo toda una semana en
Acatepec adorando a la Virgen,
“su” Virgen de los Remedios.
Pocos, muy pocos
tenemos la suerte de contar con un padre amoroso, dedicado, trabajador, y
responsable, que siempre esté atento a las necesidades de sus hijos, que a la
par con nuestra Madre se desvele cuando uno se enferma; ríe y llora con nosotros
cuando el caso lo amerita. Por eso escribo esta historia, por eso comparto
también con Ustedes un canto para el pueblo de Acatepec y un pensamiento para
mi Padre Isaías Q.E.P.D.
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"ACATEPEC"
Acatepec, pueblito
de indios
Donde mis ojos la
luz primera
pudieron ver,
Acatepec, pueblito
hermoso
Por mis hermanos y
por mi gente
Yo soy de ti
Virgen de los
Remedios por ti suspira mi corazón
Dale a toda mi
gente, yo te lo pido tu bendición
Pide por los que
sufren, por los que lloran algún dolor
Madrecita querida pa´ti
mi canto, mi fe y mi amor
Acatepec, ya me
despido
De tus veredas, de
tus paisajes
y tu candor
Acatepec, pueblito
mío
La virgencita puso
en mis labios
esta canción
Virgen de los
Remedios...etc.
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