UN RECUERDO PARA EL TIO DAVID BAUTISTA.
ISAIAS LÓPEZ ABUNDIS.
La pérdida de un amigo entrañable ó de un familiar, es dura, difícil de
digerir; y aunque sabemos que la muerte es inherente a nuestra condición de Ser
humano, duele. Duele porque formaron parte de nuestra vida, porque formaron
parte de las diferentes etapas de nuestra existencia, de nuestra cotidianidad.
El día 7 de octubre DE 2008, falleció en Marquelia, Gro., el tío David
Bautista Priego, hijo de Don Melquiades Bautista y de la Sra. Dolores Priego “Tía Lole”;
David, un hombre comerciante de oficio y generoso de corazón, muy trabajador, defensor
y promotor de las causas justas, músico, bohemio, amigo leal de sus incontables
amigos, entre los que se encontraba don Delfino Ramos, el extinto señor José
Anzo Maciel, don Abad Pérez Navarrete, y mi padre, con quien año con año, cada
día 29 de diciembre (su cumpleaños) íbamos a cantarle las mañanitas, después a
medio día invitaba a una comida en su casa de la playa cerca de las “peñitas”
donde se reunía a festejarlo, la numerosa familia Bautista descendiente de don
Melquiades, y sus amistades; donde se veía rodeado de “su jardín florido”.
Nunca faltó un bohemio que le dedicara canciones en su día, nunca faltó el
Mariachi “Azoyú” de Chicho Estrada, quien fue su sobrino. Todavía hace algunos
años estuvo ahí Indalecio Ramírez, el indio de Igualapa, que es ahijado del tío
David y cantó sus sentidas y hermosas canciones; así mismo, invitado por su
hija Teresita Bautista, asistía un poeta de la ciudad de México quien le dedicó
a su persona un poema y le bautizó como “El Rey David” .
En Azoyú fue presidente municipal en el año de 1962 (anteriormente el
período de gobierno era de un año) y en ese año realizó obras de beneficio
social, como el viejo mercado Municipal. En Marquelia fue un Ciudadano
ejemplar, siempre apoyó a las instituciones de gobierno, educativas y religiosas. Su carácter siempre
fue jovial, amable, su semblante denotaba una gran paz interior, el humorismo
entre los bautista es como algo “hereditario”, a él le gustaba que le llamaran
“Joven David” y así, con esa imagen y con su eterna sonrisa le recordaremos.
¡El hombre siempre trascenderá por sus obras!... ¡hasta siempre, tío
David!
¡Te sobrevive el Pueblo!
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