¿POR QUÉ... Y QUE
ES EDUCACION CÍVICA?
Septiembre: ¡mes de
la patria Mexicana!
Investigación y
redacción:
Isaías López Abundis.
En una antología denominada
Ideas pedagógicas, José Martí habla
sobre “El sentido de la educación”. Menciona que Instrucción no es lo mismo que
educación; que la
Instrucción se refiere al pensamiento, mientras que la
educación va dirigida principalmente a los sentimientos. Sin embargo, -dice- no
hay buena educación sin instrucción. Las cualidades morales suben de precio
cuando están realizadas por las cualidades inteligentes.
Mientras que
Francisco Larroyo en su libro “La ciencia de la educación”, nos dice que: “La
educación cívica es sólo, aunque decisiva, una forma de educación social, la
cual aspira a desarrollar ya desde el niño el sentido de la múltiple y
heterogénea intercomunicación humana al servicio de la cooperación y de la
solidaridad.
Se entiende
entonces, que “educación” quiere decir que un individuo adquiere la misma forma
de vida que tienen los adultos, por sus enseñanzas y ejemplos. Podemos decir también,
que la educación tiene sus principios en nuestros hogares y en nuestras
familias; mientras que la “Instrucción” inicia en el nivel preescolar y no
termina hasta que el hombre muere; pues con la evolución científica y
tecnológica, siempre hay algo nuevo que aprender. Ya vimos como José Martí
sugiere ó afirma que la educación se refiere al modelado del alma ó conducta
del individuo, mientras que la instrucción le proporciona las herramientas para
desarrollar sus capacidades e intelecto que le permita lograr mejores
condiciones de vida.
CIVISMO
Por otra parte; la palabra “civismo”
proviene del latín “civis” que quiere decir ciudadano y data del siglo XVIII.
La real academia afirma que: “civismo es el
celo por las instituciones e intereses de la patria” explicaremos que la
palabra “celos, es aplicada en este contexto para indicar un impulso íntimo que
promueve las buenas obras a favor de la patria y de sus habitantes.
Consecuentemente,
“educación cívica” significa que se trata de educar a niños y jóvenes en el
amor a la patria, se pretende que la enseñanza y práctica del civismo queden
grabadas en los alumnos, de modo que aún cuando pasen los días y los años, su
conducta esté siempre inspirada en el bien de nuestra patria mexicana.
En Francia, la
revolución derrocó a Luis XVI y cuando no hubo rey, Francia se transformó en
república y en lugar de un monarca, los ciudadanos tuvieron a su cargo el
gobierno de su patria, pero era necesario que esos ciudadanos tuvieran
“civismo”, de ahí que fuera enseñado y practicado.
En México sucedió
lo mismo, después de la guerra ó lucha de independencia el civismo ó amor a la patria se encontraba
sublimado, después se siguió fomentando
en las escuelas y en todos los actos cívico-sociales
Tiempo después, fue
el gobernador de Tabasco, Tomás Garrido Canabal, quien en los años 30,
instituyó por primera vez en ese estado, la semanal ceremonia escolar de
honores a los símbolos patrios, para promover la formación cívica de los niños;
y fue el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, al asumir la presidencia de la
república, quien a través de la
Secretaria de Educación Pública, determinó de manera formal
que las instituciones educativas del país, realizaran en su interior, un
programa donde se honren a nuestros símbolos patrios y a nuestros héroes
nacionales con el fin de despertar en el alumno, una conciencia cívica y el
amor a la patria!.
En resumen: si la
educación cívica fructifica en los niños y en los jóvenes, éstos llegarán a ser
buenos ciudadanos. Cuando la patria mexicana se integre con hombres y mujeres ejemplares,
la conducta de todos aquellos permitirá el disfrute de condiciones colectivas
que también serán de beneficio para el propio pueblo. Prosperidad, respeto a
las leyes, seguridad, honestidad, mejores oportunidades para todos, amabilidad
en el trato social. En suma: un México mejor.
Expuesto lo
anterior, reflexionemos en el siguiente cuestionamiento:
¿Que tanto creen
ustedes que se ha logrado con esta práctica? ¿Nos sentimos orgullosos de nuestros
símbolos patrios? O solo nos enorgullecemos si se canta nuestro Himno Nacional
cuando la selección Mexicana de fútbol juega un partido internacional, o se iza
nuestra bandera cuando uno de los atletas mexicanos gana una medalla en juegos
olímpicos? ¿A cuántos artistas se les ha olvidado la letra del Himno Nacional?
¿Se sabrán el Himno Nacional los integrantes de los Cabildos Municipales de
nuestro querido estado de Guerrero y de nuestra nación Mexicana? ¿Cree Usted,
amable lector, que los dirigentes y gobernantes de todos los niveles y ámbitos
actúan apegados al civismo, o amor a la patria? ¿y nosotros, los ciudadanos?.
El civismo debiera
ser una materia prioritaria (en el
ámbito educativo y social) en la formación de las nuevas generaciones, y
fortalecer así, los valores que se están derrumbando, valores cuya pérdida se
acentuó (desde mi muy particular punto de vista) a partir del retiro de los
planes de estudio, precisamente de la materia de civismo. Hoy impera el
materialismo, la corrupción y la indolencia hacia las clases desprotegidas. Debemos
pues, fomentar nuevamente el amor al prójimo y el amor a la patria. Pero para
amar; es necesario conocer y comprender el presente y el pasado, porque
conociendo nuestra historia y la propia raíz de nuestros antecesores, dormidos
en la noche del pasado; comprenderemos la vida completa (o al menos libre) y palpitante de ahora, de la cual debe de
surgir un próspero mañana.
Porque la Historia es la vida misma
de los pueblos con sus dolores, sus alegrías, sus triunfos y sus derrotas, sus
esperanzas y sus aspiraciones de paz y bienestar; la Historia es la obra de
todos los hombres que ya murieron y nos dejaron la herencia de una Patria que
amar y servir, y de los que vendrán mañana y habrán de recibir de nuestras
manos el legado que nuestros padres nos dejaron y que tenemos la obligación de
conservar y aumentar, realizando acciones de las cuales nos sintamos
satisfechos y orgullosos.
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