“HISTORIAS DE MI PUEBLO”
SUCEDIÓ EN TODOS SANTOS.
ISAÍAS LÓPEZ ABUNDIS
DE LAS ARRUGAS INDESEABLES, PREMATURAS,
QUE A MI MENTE SIN NOTARLO LE HAN SALIDO,
SACO ESTA HISTORIA QUE EN MI NIÑEZ HUBE SABIDO
UNA TRAGEDIA QUE SE TEJIO EN LA NOCHE OSCURA.
Año del sesenta y dos/ sin tener motivo
alguno/ en Azoyú sucedió/ sin esperarlo ninguno/
el comandante Negrete/ a Goyo Godínez
mató.
Azoyú es un pueblo lleno de costumbres y
tradiciones, tranquilo y apacible, pero como parte del Guerrero “Bronco”,
también se sabe “enchandar”, sólo que en Azoyú, el que la hace la paga; no como
en otras comunidades, que cuando alguien causa un mal, (el que la hace) si no
lo encuentran para hacerle pagar, se cobran hasta con el de la cuna.
Por aquellos tiempos, en las cabeceras Municipales
existían “Pelotones de Defensa Rural” que hacían rondines para resguardar el
orden y auxiliar a las policías Municipales en cuestiones propias de la paz y
seguridad de los habitantes de la comunidad. Dichos grupos de Defensa Rural, a
finales de los años 60, fueron desarmados por el gobierno con el pretexto de
cambiarles las armas por otras más modernas, nuevas ó actuales...hasta la fecha!
Era el día 2 de noviembre de 1962, el
Comandante Gregorio Godínez Lanche, al frente del pelotón de la defensa rural
de Azoyú, se dirigía hacia Ometepec haciendo un recorrido de seguridad, por el
camino del Machauite, más delante de esta comunidad iban, cuando les dio
alcance Constancio Pablo Nabor, -¡Goyo..Goyo! espérate, vengo por mandado de tu
hermano Cruz de Jesús Godínez, dice que se regresen pa´Azoyú, porque en
Ometepec hay problemas que a ustedes no les competen-.
El comandante Gregorio le pregunta a su
personal, Ustedes que dicen compañeros, -¿nos regresamos, o le seguimos
pa´Ometepec,?- todos estuvieron de acuerdo en que obedeciera la recomendación
de su hermano, así que se regresaron, rayando el sol llegaron a Azoyú, entrando
al pueblo Goyo les dice a todos: -vayan a sus casas a dejar las armas y nos
vemos en el domicilio de mi hermano Santa Cruz,- ya cuando estaban todos
reunidos, Goyo le pregunta a su hermano -¿por qué mandaste a Constancio a
regresarnos?-, -Es que Don Aníbal López me mostró un periódico donde dice que
en Ometepec hay problemas-. A lo que Goyo contesta, -¡hombre, a lo mejor se
trata de una mentira!, pero bueno, mejor vamos a tomarnos un trago de
aguardiente con valeriana ó un “torito” a casa de Demetrio Rendón, yo los
invito muchachos-, ya estaban tomando aguardiente en casa de Demetrio cuando se
oyeron unos disparos en el centro del pueblo, ahí Lorenzo Herminio le dice a
Goyo, -hay que ir por las armas- Gregorio les dice, -no sean cobardes, mejor
vamos donde mi prima Eloína Medel a oir unos corridos en el tocadiscos. Hacia
allá se fueron, pidieron cervezas y estaban escuchando los corridos cuando
llega el comandante de la policía Municipal, un tal José Negrete, (quien no era
de Azoyú, y según andaba tomando también), con su segundo comandante y demás
palomilla. El comandante Negrete, al ver que el Comandante Goyo y los de la Defensa Rural estaban
tomando cervezas, le dice a la dueña del local -¡cervezas para todos, yo
pago!-, ahí dice Porfirio de Jesús de la Cruz , sobrino del comandante Goyo, -yo prefiero
aguardiente-, y se para a comprar una “media”, entonces un amigo del comandante
Negrete, le quiso quitar la botella de aguardiente a Porfirio, al ver esto
Gregorio le dice a aquel fulano –deja a mi sobrino que tome lo que quiera, yo
respondo por él-. El comandante Negrete le dice a Goyo, -¿quién es él? Por qué
lo defiendes?- entonces se oye la voz enfadada de Juan Patricio Bautista,
(policía de la defensa) -¡aquí no valen los forasteros, aquí vale la Defensa Rural del
pueblo.
Ya enojado, el comandante Negrete se dirige
a Gregorio y le pregunta -¿tú eres el comandante de la Defensa Rural ?-
Gregorio, con voz firme y segura le contesta;: -¡sí!,- fue cuando el comandante
José Negrete sacó su pistola y a mansalva le dio un balazo a Gregorio en la
tetilla izquierda, enseguida el segundo de Negrete le vació también el cargador
de su pistola a Goyo, pistola en mano salieron al grito de ¡quien otro quiere
morir?
Enseguida, la palomilla de la Defensa salieron por sus
armas, Lorenzo Herminio pasó a casa de Crispín Hernández Vicente, quien era el
comandante de la segunda compañía, (otro grupo de reserva) para que le
entregara la escopeta que el General Jesús Monroy le había regalado al grupo de
la Defensa Rural ,
entonces dice Crispín, -oye, con Praxedis Peña Ibarra, yo la tengo empeñada.-
A eso de las 11.00 de la noche, la Defensa ya armada, se
organizaron para capturar al asesino, Silvano Martínez Roque y su cuñado Angel
Santiago lo encontraron en la comandancia y lo desarmaron sin darle tiempo “a
poner mano”,. El segundo comandante sostuvo una balacera cerca de la
comandancia, con otros miembros de la Defensa Rural , como pudo se les escapó, más
adelante se topa con Guillermo Zavaleta, quien hace el intento de dispararle
pero su “cerrojo” no tronó, en cambio el segundo comandante le disparó a
Guillermo, pero no le dio, nomás le ahumó los cachetes.
El ambiente en Azoyú era pesado, era noche
de “Todos Santos” y hasta los difuntos se cuidaban de alguna bala perdida. La
gente sin saber que pasaba, se encerró en sus casas, afuera la balacera era
cerrada y nutrida, sonaban las tejas donde caían las postas de las balas de
escopetas, los rezos eran ahora por los difuntos y por los vivos que corrían
peligro; la danza de la tortuga ya no salió a dar su recorrido.
Los de la Defensa se regresan a la comandancia de la
policía Municipal donde ya tenían a José Negrete, y le preguntan hacia donde se
dirigía el segundo comandante, a lo que contestó que se iban a ver en
Marquelia. Sin dilación, caminando se dirigieron hacia la barranca del “Pozo
Muerto”, ahí alcanzaron al segundo comandante de la Municipal ; quien por
alguna razón se entretuvo, sin miramientos le dispararon y cayó muerto, el
mismo grupo de la Defensa
lo levantó y lo llevaron a la comandancia, donde se hizo cargo el Síndico
Procurador Municipal el Señor Felícito Martínez, y al día siguiente tuvo
conocimiento el Presidente Municipal, el Señor David Bautista Priego.
El día 3 de noviembre, nueve pelotones de la Defensa Rural se
dieron cita en Azoyú, para dar cristiana y fiel sepultura a un hombre muy
estimado y valeroso, a quien en vida contribuyó para preservar la paz y la
seguridad de sus conciudadanos, a quien fuera comandante de la Defensa Rural de
Azoyú, el Señor Gregorio Godínez Lanche. Su sepelio coincidió con la “llevada
de las flores”, el panteón estaba lleno de gente y las tumbas adornadas y
vestidas de amarillo.
Sus soldados ó policías fueron: Crispín
Hernández Vicente, Guillermo Zavaleta Roque, Jesús Hernández Mayo, Silvano
Martínez Roque, Juan Patricio Bautista, Agustín Domínguez, Irineo de la Cruz Santiago ,
Emilio Bautista Canuto, Lorenzo Herminio Bautista, Maurilio Santiago Bautista y
Alvaro de la Cruz
Bautista. Un reconocimiento a todos ellos!.
Señores ya me despido/ ya les conté mi
versión/ un “día de muertos” florido/ Goyo murió sin razón
Agradezco al Profr. Juan Godínez, y al Señor
Lorenzo Herminio Bautista, por proporcionar los datos de este triste y
lamentable suceso.
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