jueves, 19 de enero de 2012

EL PENDON


Isaías López Abundis

Después de haber cumplido con un compromiso de carácter familiar que se realizó el pasado día 15 de diciembre en Chilpancingo, Gro., fuimos invitados (mi esposa y yo), a disfrutar del “Pendón 2011”  por mi cuñado el Dr. Jesús Guatemala Aguilar y la familia Nájera Zamora, de Ciudad Capital; a quienes agradecemos su hospitalidad y atenciones.

EL PASEO DEL PENDON

El domingo 18, desde muy temprano nos arreglamos para asistir al Pendón, como a las 10:30 de la mañana, caminamos hacia el centro de la ciudad (pues las calles céntricas se cerraron a la circulación vehicular); al igual que nosotros, numerosas familias se disponían a disfrutar de esa muestra de nuestra cultura Guerrerense; de los carros alegóricos y danzas de los barrios tradicionales de Chilpancingo y de algunas Regiones de nuestro bello estado; a pesar de los rumores de amenaza de disturbios, una multitud; hombres y mujeres, jóvenes y adultos, niños y ancianos, de todas clases sociales,  abarrotaron las banquetas de las calles por donde habría de pasar el pendón, no había espacios disponibles. Nosotros nos apostamos en la esquina que conforman las calles Altamirano y Allende.
Con paraguas, sombreros, sombrillas playeras, gorras, la gente se defendía del sol que iluminaba radiante sobre aquella valla humana sedienta de paz; de seguridad, pero también de alegría, de diversión, de convivencia sin restricciones; dispuestos todos a participar y de esta manera tratar de conservar ó preservar esta añeja costumbre.
Encabezaban este sensacional desfile, autoridades estatales y municipales, políticos y funcionarios de los dos niveles de gobierno; enseguida, unas señoritas portaban el gallardete distintivo de la Feria; después apareció “La Burrita Mezcalera”; que llevaba unos barriles ó castañas llenas de mezcal; enseguida los carros alegóricos hicieron acto de presencia, representando enormes máscaras, de tigre; de diablo; de el Toro de Petate; el primero fue el que ocupaba la Srita. Fernanda Díaz Matildes, hermosa representante de la belleza Chilpancinguence, ella es la Flor de Nochebuena y Reina de la feria de San Mateo, de Navidad y Año Nuevo; le precedían las danzas de ese populoso y tradicional barrio, bandas musicales y jóvenes que coreaban el nombre de su bella representante; le seguía el carro de la Srita. Ivonne Ileanova Rueda Apaez, representante del barrio de San Antonio, con su animado séquito; más atrás, asomaba el carro alegórico que ocupaba Alejandra Marisol Alcaraz, representante del barrio de San Francisco quien iba acompañada de las danzas de su barrio, su respectiva banda musical y la eufórica juventud y alegría de sus amigos, vecinos y seguidores; después los carros alegóricos de Ana Karen Bailleres Alday, del barrio de Santa Cruz y de Nitzarendaly de la Puente Ramírez, del barrio de Tequicorral; las danzas fueron muchas, las bandas musicales abrieron fuego con sus notas musicales, inundando las calles con sus contagiosas melodías; ríos de gente expectante, admirando al enorme ciempiés ó “mil pies” que embriagado de mezcal y euforia, animación y júbilo, danzaba frenético por las calles de Chilpancingo; calles en las que se podía percibir el aroma del “agua de las verdes matas”, mientras que Tlacololeros (danza principal de Chilpancingo), la Danza de los diablos, y la danza de “Los Apaches” de Marquelia de la Región Costa Chica; la danza de los pescadores, de los mudos, el brinco del Chinelo, los “Doce Pares” de Francia, los emblemáticos “Tecoanes” ó tigres; entre otros, mostraban sus coloridos trajes.  No faltaron los charros, (quienes cerraban el contingente) que hacían bailar a sus caballos que dejaban montar a los niños y a las jovencitas para tomarse la foto; entre ellos destacaba Luis Justo Bautista, hijo de mi amigo y paisano Luis Justo Herrera de Azoyú; quien se lució bailando su caballo al son de la joven Banda “La Explosiva”, originaria de ésa, mi tierra natal.
Aproximadamente, 80 danzas, unas 35 ó 40 bandas musicales y miles de personas disfrutaron y participaron en este singular evento que tuvo una duración aproximada de tres horas.
Al terminar el recorrido del Pendón, nos regresamos a casa, pues se escuchaban comentarios que la plaza de toros estaba repleta y que no era posible ya, el ingreso a ella para admirar el “Porrazo”; una especie de lucha ó Judo en la que los tigres representantes de los 5 barrios de Chilpancingo se disputan el primer lugar.
Con el Pendón se da por inaugurada la Feria de San Mateo; de Navidad y Año nuevo de la Ciudad de Chilpancingo, Gro.

BREVE HISTORIA DEL PENDON

Desde 1825, en la Ciudad de Chilpancingo, Gro., se celebra una vez al año y el domingo anterior a la Navidad. Participan los 5 barrios tradicionales de la ciudad Capital, y delegaciones representativas de las 7 regiones de nuestro estado: La Montaña, El Centro, El Norte, La Costa Chica, La Costa Grande, Tierra Caliente y Acapulco. Participan más de cincuenta danzas y decenas de bandas musicales, y carros alegóricos.
EN MEXICO
El paseo del Pendón tuvo su origen en 1529, cuando el Cabildo de la naciente ciudad de México dispuso que se celebrara una fiesta en honor a San Hipólito en su día, que era el 13 de agosto, que a su vez, es la fecha en que sucumbió Tenochtitlán a manos de Hernán Cortés. Y se ordenó que se sacara de la casa del Cabildo el estandarte ó pendón de la ciudad de México y se llevara en procesión a la iglesia de San Hipólito en la víspera de dicha celebración.
EN GUERRERO
Fue en 1825, que Nicolás Bravo, decretó que cada año se celebrara una fiesta decembrina en la ciudad de Chilpancingo, que en ese tiempo pertenecía a la provincia llamada México (actual estado de México y Guerrero), dicha fiesta se anunciaría por medio del paseo de un pendón. Desde entonces se sigue celebrando desde un domingo antes de la Navidad; y en esta ocasión hasta el 6 de enero de 2012.
Enhorabuena y…que siga la fiesta!

miércoles, 18 de enero de 2012

MARQUELIA-PEÑITAS

MARQUELIA Y “LAS PEÑITAS” SIGUEN DE LUTO.
ISAÍAS LOPEZ ABUNDIS.

A dos años del fallecimiento de mi amigo Epigmenio Panchí, quien vivió en la playa “Las Peñitas”, hoy quiero compartir con ustedes amables lectores, lo que escribí como una despedida a este buen hombre, que supo darnos momentos agradables a quienes tuvimos la fortuna de conocerle. Todavía en las reuniones bohemias su nombre sale a relucir por las ocurrencias, acciones, hechos ó anécdotas que “Meño” dejó en la vida, en la mente y en los corazones de sus amigos.

Se, que una nueva luz// habrá de alcanzar nuestra soledad// y que todo aquel, que llega a morir// empieza a vivir una eternidad.
Hoy en día, en las ciudades, se van perdiendo los valores, el saludo diario, la capacidad de asombro, la solidaridad en la alegría y en los actos mortuorios. En las agencias fúnebres, se ve sola la caja con el cuerpo del difunto, en el velatorio muy pocos le acompañan; en los nuevos panteones todo se privatiza (hasta el sentimiento), un ramo de flores artificiales adornan lo poco que asoma de la tímida tumba, cubierta de pulcro pasto. En la provincia, el que se conmueve y llora, es el pueblo.
            Epigmenio Panchí Rodríguez, “Meño”, falleció el día 15 de diciembre. Voy a dar sus pormenores: Meño era un gran hombre, y no precisamente por su estatura; moreno, de raza afromestiza ó afromexicana, de raíces Juchitecas por su padre y huehuetecas por su madre, de cabello cuculuste, bigotón, sincero, de mirada franca, bohemio, cantador de bien timbrada voz, sus canciones preferidas “Quemame los ojos” y “Mar” (de José Alfredo Jiménez), dicharachero siempre alegre; su risa clara y contagiosa sonaba como agua vaciada de un cántaro, donde él se encontrara nadie estaba serio ó aburrido.
Acostado en su hamaca de frente al mar, a pregunta expresa contestaba un día: aquí s´toy esperando el barco que me regrese a mi otra patria (Africa). Cierto día, un amigo después de convivir con él se despide diciéndole: -otro día te visito Meño, a ver si te encuentro-, a lo que Meño le contesta, -sí amigo, aquí me jallas (y señalando con el dedo le dice) si no me jallas en esta hamaca, me jallas en aquella otra!.
Todos sus amigos fuimos siempre bien recibidos en su casa junto al mar, en distintas ocasiones estuvimos con él los siguientes músicos: el mariachi Azoyú, Amante Sugía, Angel Damián, Polo Moctezuma, Ramón Estrada, Juan Carlos “Juanillo” Anzo, Adrián “El pajarito”, Cándido Castellanos, Alfredo “Capello” Niño, Tony Magallón, el que esto escribe y muchos, muchos más. Sus amigos más asiduos: Sabdí Bautista, Don Pancho Santos, de San Luis Acatlán; pero uno que fue como su hermano, lo fue Heriberto Carmona Astudillo, quien al fallecer, se le vió a Meño llorar, y se le escuchó decir: “Beto me ha pega´o un balazo, y creo que esta herida nunca me va a sanar”.
En su velación, infinidad de amigos, gente de Juchitán, de Huehuetán, y de toda la Región le acompañamos, una “música de viento” sobrecogía aún más el corazón con sus valses y piezas fúnebres. Su cuerpo fue sepultado en Juchitán volviendo a sus orígenes. Y como diría López Velarde, “Mientras del esbelto campanario, salen y rayan los cielos las palomas con sus vuelos, cual si las torres “Meño”, te dieran la bienvenida agitando sus pañuelos”.
Le sobreviven sus hermanos Juvenal y Roberto, su esposa María Salas, sus hijos: Chicho, Filomeno, Andrés, Ricardo, Joaquín, Javier, Liliana y Prisma, y la numerosa familia Panchí. 
De las canciones que él cantaba, sus letras cobran vida en su deceso, una que dice: “deja que tus manos no sientan el frío// el frío terrible de la soledad// quémame los ojos, si es preciso vida// pero nunca digas que no volverás”. Y la otra que repite y que termina: “Mar, llegaste hasta la orilla que Dios te señaló// Mar, no puedes abarcar aunque quisieras más que yo// yo, que quiero a fuerzas adueñarme de tu amor// pero siempre mi vida, se detiene en la orilla// que Dios también a mí me señaló”.
¡Hasta la vista, Meño!, por más rápido que vayas, ¡Te alcanzaremos!

BIOGRAFIA DE PANCHO GARCIA SIERRA


http://www.youtube.com/watch?v=mGF-PORau-o

PERSONAJES DE MARQUELIA
Isaías López Abundis.

Hoy compartiré con ustedes la biografía de un hombre que tuvo una gran ingerencia en la gestión del ejido de Marquelia; de este incipiente y relativamente joven Municipio. Es ésta una breve semblanza biográfica de don Pancho García, quien junto con un puñado de hombres valientes y visionarios, se dedicaron a construir los cimientos de esta progresista y pujante comunidad.

Francisco García Sierra, nació en Azoyú, Gro., el día 4 de octubre de 1913, fue hijo de Santacruz García N. y  de Francisca Sierra Ramírez, originarios de la misma comunidad; por un tiempo, se fueron a vivir a el “Paso del Chalán” donde don Santacruz trabajó impulsando a punta de remo, una balsa en la que trasladaba a las personas que tenían la necesidad de cruzar el río, ya sea para ir de Azoyú a Igualapa-Acatepec-Ometepec, ó viceversa. A pesar de vivir a orillas del río, don Santacruz, quien era muy trabajador, compró dos casas en Azoyú, las que habitaba temporalmente. Dichas casas, después se venderían; una al señor Efraín Rodríguez Xavier, y la otra a Don Filogonio Justo Graciano, que es donde hoy vive el amigo Lauro Justo Herrera.

El joven Francisco, creció con grandes limitaciones de todo tipo; las limitaciones que impuso la lucha ó revolución de 1910; no había escuelas oficiales, sólo las escuelitas de párvulos ó la escuela “parroquial”; sin embargo, su amor al trabajo, los consejos de su padre y de otras personas mayores le hicieron  madurar a temprana edad. A principios de los años 30, empezó a correr el rumor de que en Marquelia había tierras fértiles y libres. Se dice que fue en 1930, en Azoyú, cuando Don Melquiades Bautista Huerta y Don José López López y otras personas, acordaron en una reunión; fundar en Marquelia, una colonia de campesinos necesitados de tierras para sembrar,  entrevistaron al Ingeniero Alfredo del valle para que realizara un proyecto y se construyeran 20 viviendas con servicios básicos; le hicieron llegar la solicitud correspondiente al Gral. Nabor Ojeda, que era Senador de la República. Sin embargo, el proyecto se canceló al morir el Ing. Del Valle en un accidente aéreo.

En el año de 1936 los señores Zacarías Crispín, (quien fue Maestro y Presidente de Azoyú  en 1924), Angel Meza y Amancio Lòpez  García; decidieron emprender la aventura y tomaron camino hacia Marquelia, fue don Amancio quien le hizo la invitación a su joven sobrino Francisco García, para que los acompañara; para esto,  don Santacruz  (padre de Francisco) ya había fallecido, por lo que decidió acompañarlos, fueron los primeros Azoyutecos en decidirse a emigrar. Otras personas también llegaron, como: José López López,  Eliseo y Elías Bustos; Adelaido Rendón, Jesús Justo; Domingo Justo, Lauro Justo Cuenca, Francisco Meza, Fidel Guerrero, Audelio, Carmen y Maurilio Ayala, Manuel Hernández, Manuel Moctezuma, Sebastián Castillo, Heriberto Santiago; pero poco tiempo después, algunas de estas personas se regresaron a su tierra natal. Solía decir don Pancho García, que solo recordaba  a la familia de don Bartolo Cisneros, su esposa doña Facunda Marín y a sus hijos; así como a la familia Noyola Nava, y a los hermanos Julián y Abundio Carmona con sus respectivas familias, como habitantes que encontraron en esta pequeña población.

En el año de 1876, el gobierno de Porfirio Díaz abrió la puerta al capitalismo extranjero, para promover el desarrollo en el país. Se dice también que en esos tiempos hubo españoles que supuestamente habían sido expulsados de México en los inicios del año de 1821, pero que en realidad se desplazaron hacia regiones apartadas de la Capital, tal es el caso del criollo Juan Noriega Gijón, quien compró a precio irrisorio, terrenos que eran parte de la Costa Chica de Guerrero; sin embargo; después de haber usufructuado estas tierras y aún cuando logró amasar una considerable fortuna, cuentan que al estallar la Revolución de 1910, abandonó estas tierras, y los trabajadores que tenía en Marquelia, retornaron a sus lugares de origen. Ya cuando los primeros Azoyutecos vivían en estas tierras, en el año de 1947, el español Joaquín Maza y su esposa Edelmira de la Barrera Noriega, (nieta de don Juan Noriega), adquirieron unos terrenos donde se establecieron y construyeron “La Finca” y se dedicaron a la cría de ganado vacuno y a la siembra de palmeras de coco.

A finales de 1936, Don Zacarías Crispín, Angel Meza y Amancio López, decidieron viajar a la ciudad de México a gestionar ante la Secretaría de Asuntos Agrarios y Colonización, el ejido de Marquelia; dejando como encargado de la población a don Francisco García. Poco tiempo después, formaron un comité, el cual se integró de la siguiente manera: Audelio Ayala, Presidente; Jesús Justo Moctezuma, Secretario; Francisco García Sierra, Tesorero; Mardonio Castellanos y Ajeo Bustos como integrantes del consejo de vigilancia.
El gobierno encabezado por el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, inició un movimiento reivindicativo de los obreros y campesinos, dio facilidades para la creación y fortalecimiento del ejido, de esta manera se convirtió en la principal figura agraria; pues en sus primeros tres años de gobierno (1936), había distribuido 3 millones 303 mil 787 hectáreas, ampliando así, la base campesina.

En 1940, se expidió la primera resolución agraria del ejido Marquelia, con 1747 hectáreas para ser repartidas entre los campesinos locales. En ese mismo año de 1940, llegó a Marquelia otro grupo de azoyutecos, entre ellos; Don Francisco Mora, Bardomiano Bustos Franco y Evaristo Justo Moctezuma, quien estaba casado con Susana García Sierra, (hermana de Francisco García), con quien procreó a Ildefonso y Lucía Justo García..
Personas y familias de otras comunidades empezaron a llegar a Marquelia, sin imaginar el auge y crecimiento que aquella incipiente población cobraría con el paso de los años; sin embargo, las primeras autoridades municipales y ejidales, impusieron como requisito para asentarse en estas tierras, presentaran un salvoconducto de las autoridades de su comunidad de origen, para garantizar la paz y el orden de aquel nuevo núcleo social.
Hasta el año de 1950, las tierras estuvieron sueltas, sin cercas, sembraban donde les pareciera mejor con el fin de “desmontar” aquella escondida y hermosa tierra tropical, del año 50 en adelante, se empezaron a repartir las parcelas a quien las necesitara.
Don Francisco García Sierra, fue Comisariado Ejidal, le tocó repartir tierras del ejido siempre en coordinación y contando con la aprobación de los señores “principales”. Era considerado como una persona importante al momento de tomar decisiones respecto a las acciones políticas y sociales del pueblo.
Don Pancho, como todos le llamaban, fue muy prolífico, pues antes de casarse; en Azoyú, procreó tres hijos con la señora Ofelia castellanos, sus nombres; Cleodulfo, Angel y Ricardo.
En el año de 1940, se casó con la señora Basilisa Abundis Franco, con quien procreó a Daniel +, Mario, Ma. Elena, Dalila, Antonio, Ausencia, Celia, Noemí, Manuel y Carmelita García Abundis.
Así mismo; ya estando en Marquelia, procreó con la señora Francisca Arredondo, a Sidronio, Tomás, Eduardo, Cira, Carmen, Eleuterio, Luis y Enrique García Arredondo.
En el año de 1942, a don Pancho le tocó recibir a uno de los primeros maestros que llegaron a esta población; era el maestro Prócoro Saavedra Ramos, de Sn. Luis Acatlán, quien fue padrino de bautizo de su hijo Mario; a dicho maestro, se le pagaba con la cooperación que aportaban los propios padres de familia.
Una de sus obras que se recuerdan, es haber donado del terreno de su casa, un espacio considerable donde se construyó “La Casa del Maestro” que por muchos años dio cobijo a los maestros que fueron llegando a Marquelia; hoy, en ese lugar, está albergada una Biblioteca pública y una Supervisión de nivel Preescolar.
El recuerdo de Francisco García Sierra, debe estar presente en la memoria de las nuevas generaciones, pues a pesar de su juventud, (23 años),  fue de los primeros hombres que se atrevieron a asentarse en una selva inhóspita para construir la comunidad que hoy vemos tan radiante y con tanto futuro comercial, turístico y social.
De la misma manera recordemos a aquellos hombres que se esforzaron para que el ejido de Marquelia fuera una realidad; que contribuyeron al florecimiento de nuestra comunidad. Hoy, a 71 años de aquella gesta; las autoridades Ejidales y Municipales debieran rendir un póstumo homenaje a aquellos personajes  que dieron todo… a cambio de nada. A aquellos que con su ejemplo demostraron ser hombres desprovistos de trivialidades; hombres de provecho para el pueblo!

NOMBRE DE MARQUELIA

http://www.youtube.com/watch?v=Y4BCPYzsT98el nombre de Marquelia en la actualidad ha causado polémica; durante muchos años y de acuerdo a los antiguos moradores de esta población, dicho nombre se deriva del marcaje de reses que don Juan Noriega (por esos años, dueño de grandes extensiones de tierra en la Costa Chica), hacía cada determinado tiempo; cuentan que don Juan tenía una hija de nombre Elia y precisamente el fierro "quemador" tenía el nombre de Elia.  los trabajadores y gente del pueblo, al  acudir a dicho marcaje exclamaban, ¡vamos a la marca de Elia!, poco a poco se fue resumiendo el término, diciendo ¡vamos a marca-elia, hasta quedar en una sola palabra; vamos a Marquelia!.
Sin embargo, don Abad Pèrez Navarrte, no acepta esta versiòn ya que segùn familiares del señor Juan Noriega, èste, no tuvo hija alguna que se llamara Elia; de esta manera se remonta a tiempos de la colonizaciòn y asegura que segùn sus investigaciones, fueron los franceses quienes aplicaron a esta poblaciòn, el nombre de "Marquilia".
En tiempos màs recientes y a partir de la municipalizaciòn de esta bella comunidad, la primera administraciòn que presidìa el Ing. Renè Gonzàlez Justo, se diò la explicaciòn de que Marquelia quiere decir "mar que ata" ò "mar que lía", basados tal vez en el dicho popular de la gente nativa, que dice: "el que beba agua del río, siempre regresará a Marquelia".
"Haiga sido como Haiga sido" podemos decir que Marquelia, es una población con grandes potencialidades económicas, turísticas y comerciales, sólo hace falta encontrar a un gobernante que sepa conducir los destinos de su gente por caminos de desarrollo en todos sus aspectos.