“Un
emprendedor es aquella persona que manifiesta una tendencia a superarse y ser
mejor que los demás”.
“AUTOFORJA”
Isaías
López Abundis.
Hace
algunos años, asistí a un curso de “Desarrollo de emprendedores”, del cual me
quedaron conceptos ó enseñanzas muy importantes; pero lo que más recuerdo, es
la imagen que venía impresa en la carátula del engargolado del material que nos
fue proporcionado. Era la imagen de una persona ó un joven que se auto esculpía
a punta de martillo y cincel realizando el desbastado para moldear y
perfeccionar su propia escultura.
Desde
mi particular punto de vista, esa es la mejor forma que tienen los jóvenes (hombres
y mujeres), en su etapa de crecimiento y desarrollo personal, académico y
profesional para moldear su personalidad,
descubrir sus fortalezas, afinar sus aptitudes, trabajar en sus debilidades
para superar temores y traumas.
Es
de reconocer que el ser humano es un ser inacabado, que nunca podrá decir que
lo ha aprendido todo, pues las academias así como la existencia misma en esta
vida y la evolución y avance de la ciencia y la tecnología, nos muestran que
siempre hay algo nuevo que aprender en cada día. Podemos decir que para un
escultor profesional, es relativamente fácil esculpir sobre una roca ya que
ésta es insensible y estática; pero a un joven o a un niño es difícil moldear,
pues los escultores (llamémosle así a los padres y a los maestros, en cualquier
movimiento mal calculado ó en un impulso
voluntario ó involuntario; con un gesto ó con un mal ejemplo, podemos dar un
mal cincelazo que deforme ó destruya la obra ó escultura que se nos encomendó
realizar en nuestros hijos y/o alumnos.
Me
llamó mucho la atención aquella escultura que se forja a sí misma, porque
también es cierto que hoy en día, los jóvenes ponen como pretexto para no
estudiar; que enfrentan problemas familiares, económicos y de diferente índole;
que no se duda que enfrenten en esta realidad social en que nos tocó vivir. Sin
embargo, aquellos que tienen la oportunidad de cursar estudios de nivel
primaria, secundaria, bachillerato y hasta de nivel superior, no ponen el
debido empeño en estudiar, de prepararse, y aprovechar el apoyo que sus padres
les brindan, con grandes sacrificios a veces, defraudando la confianza que en
ellos se deposita, sin pensar que con su actitud negativa, rebelde (sin
justificación a veces) sólo se perjudican y afectan a sí mismos, a su vida
futura como ciudadanos y padres de familia.
Comparto
con ustedes, parte de un mensaje que Carlos Slim Helú, Dirige a los jóvenes
universitarios destacados, encierra un consejo de lo que él considera más
importante en la vida, el cual dice así:
“El
éxito no es hacer bien o muy bien las cosas y tener el reconocimiento de los
demás. No es una opinión exterior, es un estado interior. Es la armonía del
alma y de sus emociones, que necesita del amor, la familia, la amistad, la
autenticidad, la integridad.
El ser
tan destacados como ustedes lo son, significa un privilegio, pero entraña
también muchos riesgos que pueden afectar valores muy superiores al “éxito”
profesional, económico, social o político. La fortaleza y el equilibrio
emocional están en la vida interior y en evitar aquellos sentimientos que
corroen el alma, tales como la envidia, los celos, la soberbia, la lujuria, el
egoísmo, la venganza, la avaricia, la pereza, y son veneno que se ingiere poco
a poco.
Cuando
den, no esperen recibir. “Queda aroma en la mano que da rosas”, dice un proverbio
chino. No permitan que sentimientos y emociones negativas dominen su ánimo. El
daño emocional no viene de terceros, se fragua y desarrolla en nosotros mismos.
No
confundan los valores ni menosprecien sus principios. El camino de la vida es
muy largo, pero se transita muy rápido. Vivan el presente intensa y plenamente,
que el pasado no sea un lastre, que el futuro sea un estímulo. Cada quien forja
su destino y puede influir sobre la realidad. No la ignoren.
Vivan
con sentimientos y emociones positivas como el amor, la amistad, la lealtad, el
valor, la alegría, el buen humor, el entusiasmo, la paz, la serenidad, la
paciencia, la confianza, la tolerancia, la prudencia y la responsabilidad. Los
opuestos que no invadan el alma, que duren poco en su ánimo, no los dejen
alojarse, aléjenlos. Muchas veces cometerán errores, es usual y humano, traten
siempre que sean menores, acéptenlos, corríjanlos y olvídenlos. No se
obsesionen por ellos, el cielo y el infierno están en nosotros. Lo que más vale
en la vida no cuesta y cuesta mucho: el amor, la amistad, la naturaleza y lo
que sobre ella ha logrado el hombre de formas, colores, sonidos, olores que
percibimos con nuestros sentidos, sólo puede ser apreciado cuando estamos
anímicamente despiertos.
Vivan
sin miedos y sin culpas; los miedos son los peores sentimientos del hombre, lo
debilitan, lo inhiben a la acción y lo deprimen, y las culpas son un lastre
enorme en nuestro pensar, al actuar y en la vida. Hacen difícil el presente y
obstruyen el futuro. Para combatirlos, seamos sensatos y aceptémonos como
somos, con nuestras realidades, nuestros méritos y nuestras penas.
La
ocupación desplaza a la preocupación y los problemas, al enfrentarlos,
desaparecen. Así, los problemas deben hacernos cada vez más fuertes. De los fracasos,
aprender y los éxitos deben ser estímulos callados. Actúen siempre conforme les
dicte su conciencia, pues a ésta nunca se le engaña. Los miedos y las culpas,
entonces serán mínimos. No se encierren, ni arruinen su vida, vívanla con la
inteligencia, el alma y los sentidos despiertos y alertas; conozcan sus
manifestaciones y edúquense para apreciarla y disfrutarla.
El
trabajo bien hecho no es sólo una responsabilidad consigo mismos y con la
sociedad, es también una necesidad emocional.
Al
final nos vamos sin nada, sólo dejamos nuestras obras, familia, amigos y,
quizá, una positiva influencia, por lo que en ellos hayamos sembrado”.
Creo
que es muy importante que los líderes sociales, religiosos, maestros, padres de
familia, gobernantes de todos los niveles y ciudadanos en general, tengamos muy
en cuenta que nuestras palabras, nuestros actos y nuestros ejemplos inciden en
la vida y en el comportamiento social de nuestros niños y jóvenes, y que todos
contribuimos en la construcción de su vida futura en beneficio ó perjuicio de
nuestras familias y núcleos sociales.
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