sábado, 13 de abril de 2013


¿PARA QUE TE LO GASTAS TO SALIVA?

Isaías López Abundis

 

Acabamos de celebrar el 75 aniversario de la expropiación petrolera, el acto político más trascendental llevado a cabo por el entonces Presidente de la República, el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, esta acción unificó al pueblo de México, pues para pagar la deuda resultante, se instaló en el Palacio de Bellas Artes una especie de oficina recaudadora, donde el pueblo entregaba su cooperación para el pago de dicha deuda; por ella pasaron miles de humildes donantes, mujeres con joyas de oro y plata y hombres de distintas condiciones sociales aportando su apoyo, hasta con aves de corral.

Bueno sería que hoy, PEMEX le retribuyera a la gente pobre algo de lo que aportaran los abuelos y bisabuelos para que el petróleo se nacionalizara.

Tata Lázaro se moriría de pena al ver como la gasolina siendo el combustible que mueve la economía nacional y mundial: que es necesaria para abastecer de alimentos e insumos para la subsistencia de los pueblos marginados (y no marginados) a partir del día 06 de abril del 2013, se venda a $11.25 el litro de Magna; a $11.81 la Premium y a $11.34 el diesel.

En los años 30 y 40, todo se movía a pie, en bestias de carga; los hombres usaban el malacate para trasladar sus productos del campo al pueblo, de un pueblo a otros pueblos; hoy en los Ranchos, los caballos han sido desplazados por camionetas de lujo; los burros ni quien los ocupe, se mueren de viejos porque ni para alimento los utiliza el hombre ¿?...digo yo, pues. Como diría Tía Nila: “pa’ los tigres”.

Bueno; dejo el análisis de la problemática a los expertos en economía, política, finanzas, etc., etc.; para compartirles de una anécdota escrita por un ilustre Guerrerense, que nos narra un aspecto de lo que se vivió en los tiempos de aquella expropiación petrolera que tantos sueños y esperanzas despertó en nuestros ancestros.

 

ANÉCDOTA:

 

El Profr. Florencio Encarnación Ursúa , escribió un libro que por título lleva “Acapulco y sus recursos acuíferos” (que es una historia de la introducción del agua potable en Acapulco), uno más que se llama “Espigas de luz” y otro que llegó a mis manos que tiene el nombre de “Raíces del tiempo”. Este libro es una recopilación de anécdotas y leyendas Guerrerenses, del cual tomo y presento a ustedes (de manera sintetizada), la siguiente anécdota:

            “El país vibraba de entusiasmo y millares de mexicanos expresaban su patriotismo a su Presidente, el señor General Lázaro Cárdenas del Río, porque en forma muy valiente había desafiado a las poderosas compañías extranjeras expropiándoles la Industria Petrolera para reintegrarla al patrimonio Nacional. Cuando esa gigantesca ola colectiva llegó hasta la apartada región de la Montaña, cuyo centro geográfico ha sido  y es la ciudad de Tlapa de Comonfort; los profesores de allá se apresuraron a secundar la campaña de orientación y difusión de aquel importante acto, aquel grupo de normalistas se dio a la tarea de visitar y citar a los hombres de los diez poblados más importantes donde existen las etnias mixteca, tlapaneca y mexica. Ah!, pero como considero necesario hacer una aclaración, diré que en aquellos lejanos días no existía la gasolina Nova y tampoco la Extra (mucho menos la Magna ó Premium), como las de ahora y entonces el precio de ese combustible no llegaba ni a los 50 centavos (de aquellos) por litro, lo que posiblemente hubiera sido muy buen pretexto para que algunos de esos criticones que nunca faltan, hubieran considerado de insignificante importancia, y habrían subestimado ese trascendental paso que había dado nuestro Gobernante.

            Llegado el día de la reunión, los indios, que en esos tiempos parecía que vivían en otro mundo porque desconocen y casi nunca se enteran de los sucesos nacionales, sólo por curiosidad y disciplina que rayaba en obediencia, comenzaron a llegar al punto de la cita en donde ya todo estaban los dibujos, cartelones y hasta un gran mapa de la zona petrolera del país, así como el retrato del Señor Presidente.

Cuando ya todos estuvieron concentrados en la plaza principal y sentados sobre trozos de madera o simplemente en el suelo pero sin dejar de tejer sus sombreros de palma, inició con su discurso el Profr. Facundo Alcaraz, más no logró despertar el interés de los oyentes, le siguió el Profr. Cirenio Vargas Salmerón; los campesinos comenzaron a cabecear y sólo despertaban asustados por el ruido de los intempestivos aplausos, algunos empezaron a levantarse y daban muestras de indisciplina haciendo intento por irse. Pero las amonestaciones y llamadas de atención les obligaron a mantenerse disciplinados y a seguir escuchando “como Dios manda”. Enseguida habló el Profr. Amador Pastor, y después comenzó el Profr. Toño a mostrar dibujos y planos y a repetir una y otra vez, su explicación sobre el significado de la expropiación petrolera, cuando de pronto, se levantó un indio ladino y en mixteco exhortó a sus compañeros a que se retiraran ya que se estaba haciendo tarde y debían de regresar a sus casas a comer, todos se levantaron y empezaron a embrollar con su algarabía y el indio, envalentonado, arremetió con énfasis y enfado y hasta cierto punto de manera irrespetuosa e inentendible de la siguiente manera:

            -¡Mira tú maistro!: ya lo dijites muchas cosas y yas´tá gueno ¿PARA QUE TE LO GASTAS TO SALIVA?, nosotros no vas a comprar petrólio porque no hay dinero y para qué lo quieres nosotros petrólio? Mira, aquí hay mucho ocote pa´lumbrar. Y ya te lo vas porque muy lejos mi casa.

Y diciendo y haciendo, encabezó la desbandada que en poco tiempo dejó desierto el lugar que horas antes había sido escenario de alboroto y de gran concentración humana”.

 

Si bien es cierto que aquellos paisanos nuestros por su ignorancia en el tema; por la marginación social en que se encontraban no alcanzaron a entender la importancia de la expropiación petrolera, y muy ciertamente,  por esos días ellos no necesitaban el combustible; podemos concederles nuestra comprensión.

Pero hoy en día, los pueblos de la montaña son los que más sufren y necesitan que los “caballos de hierro” les acerquen lo necesario para subsistir, aunque a decir verdad; todos sentimos el impacto del alza en los precios de la gasolina.

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