martes, 6 de noviembre de 2012

10 DE MAYO “DIA DE LAS MADRES”




Por Isaías López Abundis.



En todo el mundo se celebra a la Madre; a ese ser en quien Dios nuestro Señor, depositó el milagro de engendrar vida dentro de su vientre.

La celebración del día de las madres se remonta a la antigua Grecia, cuando se le rendían honores a Rhea, la madre de los dioses: Júpiter, Neptuno y Plutón. Los romanos llamaban a esta celebración La Hilaria, se llevaba a cabo el 15 de marzo en el templo de Cybele y durante tres días se hacían ofrecimientos.

Posteriormente los primeros cristianos celebraban el día de las madres en honor a la virgen María, madre de Jesús. Durante el siglo XVII, en Inglaterra también se llevaba a cabo un acontecimiento similar, honrando también a la Virgen y el cual se denominaba Domingo de las Madres. En ese día los niños asistían a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus progenitoras.

En Estados Unidos, la celebración tiene sus orígenes hacia 1872, cuando Julia Ward Howe, autora del Himno de batalla de la República, sugirió que esa fecha fuera dedicada a honrar la paz, y comenzó celebrando cada año encuentros en las ciudades de Boston y Massachusetts en celebración del Día de la Madre. Por otro lado la celebración de este día, esta relacionada con la iniciativa de una joven llamada Anna Jarvis, quien perdió a su madre Anna Reeves Jarvis en 1905 , quien era una activista comunitaria de Virgina Occidental.

EL DIA DE LAS MADRES EN MEXICO

El día de las madres en México tiene su origen desde hace 90 años, cuando un periodista llamado Rafael Alducin que trabajaba para el periódico " Excélsior" hizo una invitación un 13 de Abril de 1922 a toda le gente, para que propusieran un día de festejo a las madres. Es así como el 10 de mayo de 1922, por primera vez en México se celebra a la madres.

En algunos países se celebra en distintas fechas; pero todos dedican un día para honrar a nuestras madrecitas. Sea el país que sea, con sus distintas maneras de celebrar; las madres son y serán el centro y soporte de las familias.

Pero ésta, no es tan sólo una fiesta a celebrar, también es ocasión de recordar a aquellas madres que se nos adelantaron en ese viaje sin retorno. A los panteones asisten los hijos que aún guardan en su memoria los pasajes vividos en la infancia, adolescencia y adultez, porque ella nunca deja de ser nuestra madre, porque ella siempre estuvo dispuesta a dar su vida por cualquiera de sus hijos; por eso, las tumbas se visten de flores, se oye el tronar de cohetes, sentidas canciones invadir el nostálgico ambiente, y se mira a algunos llorar en silencio.

Sólo en muy desgraciadas excepciones algunas mujeres, abandonan a sus bebés en la calle, en el quicio de una puerta ó los tiran a la basura, y hasta llegan a venderlos como si fuera una mercancía.

Tal vez por eso existan hombres que llegan a atentar contra la vida de un bebé en gestación, y en consecuencia, de la madre que alberga al feto en desarrollo. En realidad, es difícil determinar los motivos que los mueven a llevar a cabo tales acciones; ¿traumas, drogadicción, alcoholismo, pérdida de valores éticos y morales?...¿o todo junto?; creo que ni los animales irracionales llegan a tal grado ¿o sí?, lo cierto es que entre humanos, a menudo suele suceder.

Desde este espacio vaya un merecido reconocimiento a las madres que nos hacen el favor de leernos, y a todas las Madrecitas de México…¡Feliz día de las Madres!

 
Les dejo uno de mis pensamientos que ilustra un caso, como el que líneas arriba se ha planteado.

 
¡GRACIAS, MAMÁ!

(breve historia de un aborto provocado)

ISAÍAS LOPEZ ABUNDIS

 
Hoy, desperté temblando

y es que escuché gritos, maldiciones,

te oí decir-¡a mi hijo no lo tocas!

…alguien te estaba golpeando,

yo me sentí impotente,

como encerrado en un cajón,

sentí temblores en mi estancia,

un amargo líquido llenó mi boca

y un frío de muerte recorrió mi espalda

¡que muera- alguien decía;- que muera!

después, un portazo, llantos en el exterior,

sonidos de ambulancias y patrullas!

oí tu voz decirme, ¡aguanta, hijito, aguanta!

Luego… -un lapso que se hizo eterno-,

de pronto, sentí que alguien me jalaba

de la cabeza y de los hombros

nadaba yo en un mar de sangre,

vi a lo lejos, claridad de superficie!

quería salir y respirar, ¡me estaba ahogando!

¡ya viene – dijeron – ya viene!

y por fin... ¡te ví, -mamá-, te ví!

ensangrentada y con tus ojos llenos de lágrimas...

¡mi hijo! – gritaste – ¡mi hijo!

yo, con la mirada, te agradecí;

por haberme defendido,

por mi corta vida; por conocerte,

por tu amor… ¡gracias mamita!...adiós, madre mía!

¡ha muerto – dijo el doctor –, el niño ha muerto!

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