“POLVO PA
LOS CUCHES”
Autor:
Isaías López Abundis
En un
pueblo de pescadores de la Región, sucedió que un día, dos pescadores salieron
a pescar en su lancha, llevaban sus cuerdas, redes y tarrallas; se metieron al
mar y empezaron a tender sus redes, cuando se dieron cuenta que flotaban en el
mar algunas bolsas de plástico con algo como polvo blanco adentro y amarradas a
unas boyas, con algo de temor subieron las bolsas a la lancha, se preguntaban
que sería lo que contenían, pero no se atrevieron a abrirlas ni a probar que
sería, ellos creían que era masa para tortillas ó cal.
Después
de varias horas, pescaron algunos pescados y salieron a la playa con su carga,
las bolsas las enterraron y se llevaron solamente los pescados, quedaron de
acuerdo que a nadie le dirían de las bolsas.
Pasaron los
días y cierta mañana, la esposa de uno de ellos le dice al marido, -oye mi
negro, los cuches no tienen que comer, compra aunque sea masa “minsa”, porque
el maíz se acabó!- como el negro no tenía dinero, se acordó de las bolsas, y
sin decirle a su compañero, desenterró dos y se las llevó a su casa, pensó; -se
las voy a dar a los cuches, (cerdos) pa´ ver si no se mueren- asi que echó el polvo en
los pedazos de llanta que servían de comederos, y los cuches se comieron todo,
y luego luego cayeron dormidos!
Pasaron
los días y llegó un domingo en que se iba a llevar a cabo un partido de futbol
entre los chamacos del pueblo, y los chamacos se propusieron pintar la cancha y
se iban a cooperar para comprar cal, y uno de ellos dijo, - yo le digo a mi
papá que ponga la cal-, ¡ora pues!, así
que llegando a la casa le dice a su papá; pápa, regálanos de ese polvo que
trajiste pa´ los cuches, pa´ pintar la cancha de futbol, mañana vamos a jugar,-
el dijo que si, se fue la playa y se trae otras tres bolsas.
El
domingo temprano, el hijo del pescador se puso a pintar las rayas en la cancha,
como metió las manos a la bolsa se embarró y se limpió la cara aspirando el
polvo aquel; a la hora del partido, se empezó a sentir mal, se vomitó y luego
se convulsionó, le hablaron al papá y lo llevaron con el doctor del pueblo y el
les dijo que estaba drogado, entonces llegó el comisario municipal y el
pescador contó de cómo habían encontrado aquellas bolsas, mandó a traer al otro
pescador, luego, el comisario le preguntó si tenían más de aquellas bolsas y uno
de ellos dice; –pues hay otras cinco como de a kilo- fue por ellas y se las
entregó al comisario quien dijo que las iba a entregar a otras autoridades. Los
pescadores quedaron libres de culpa porque nunca supieron que era aquel polvo.
Ahora la
gente del pueblo comenta –lo que hubieran hecho y comprado los pescadores si
hubieran vendido la droga-; otros dicen, – es mejor ser inocentes y honrados,
que vivir fuera de la ley!
Y TU, ¿QUE
HUBIERAS HECHO?
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