martes, 18 de septiembre de 2018

CHISTES COSTEÑOS


CHISTES COSTEÑOS
ISAÍAS LOPEZ ABUNDIS

“La Sanmarqueña”
Me lo contaron por ahí...
Resulta que una vez, dicen que una paisana de la Costa Chica de Guerrero, tuvo la necesidad de emigrar hacia los Estados Unidos de Norteamérica, llevando consigo a sus hijos; corre con suerte y al poco tiempo encuentra trabajo y se establece en cierto estado de el vecino país.
Sus hijos fueron creciendo y ella siempre se acordaba del terruño y cantaba con nostalgia y con cariño aquella canción a ritmo de chilena que en su letra pregona “San Marcos tiene la fama, de las mujeres bonitas” así pasó mucho tiempo y cuando el hijo mayor estuvo en edad de “merecer” éste, le dice a su madre, -oye mamá, yo ya me quiero casar- ella se alegra y le contesta, -¡si hijito cuando tu quieras! Pero dime ¿con quién te vas a casar?  - pues mira mami; si tu no te opones, yo quiero ir a México, a San Marcos Guerrero, a traerme una mujer bonita de las que tu mencionas en tu canto, -¡pero como me voy a oponer! Anda, anda ve, tráela que Dios te bendiga y te acompañe.
El joven vuela de E. U. A. Hasta Acapulco y de ahí se traslada en autobús hasta San Marcos, se baja en la terminal y se encamina hacia la Avenida principal, ahí a un lado de la calle se encontró a cuatro morenas y robustas señoras (como de unos 150 kilos de peso) sentadas y con sendos canastos de pan, que ni tardas ni perezosas le ofrecieron su mercancía -¡oiga joven, compre el pan, pan sabroso, con yema de huevos, llévelo, llévelo! Como contestación, el les pregunta ¿disculpen, aquí es San Marcos, Guerrero, -¡si, mi´jito aquí mero e´! Sin decir más palabras se encamina en busca de su dulcinea, era medio día y el sol caía como plomo derretido sobre la población, tal vez a esa hora las muchachas bonitas estaban guareciéndose del sofocante calor en el interior de sus casas, (y ni modo que el fuera de puerta en puerta preguntando ¿aquí vive una muchacha bonita?) el caso es que recorrió las calles del pueblo en todas direcciones y para su mala suerte no encontró a ninguna, entonces se regresa al lugar donde estaban las vendedoras de pan y les vuelve a preguntar, -oigan, ¿están seguras que aquí es San Marcos? –¡si mi´jito, aquí e´! -Pero me dice mi madre que San marcos tiene fama de mujeres bonitas, y yo ya me cansé de andar y no encuentro ninguna-. Y con esa picardía, ocurrencia y desparpajo que nos caracteriza a los costeños; una de ellas le contesta, -¡ay mi´jito... llega´te tarde...NOSOTRA´  ÉRAMO´!
Y como decían los Polivoces en su caracterización de Chano y Chon, úúúúúúú...úúúúúúú.
Decían por ejemplo: ´-oye Chano-, ¿quiubo Chon? –fíjate que ya voy a dejar el cigarro- ¿y o´ra por qué tú? -¡porque me está quemando los dedos!...úúúúúúúú,....úúúúúúúú

“EL BRUJO”
En los años 30´s, 40´s y 50´s muchas de las comunidades de las diferentes regiones de nuestro estado estaban alejadas de la civilización, del progreso, no había acceso a la educación. Debido a la falta de carreteras, se decía que había grandes distancias entre pueblo y pueblo, ello porque se caminaba a pie y en el mejor de los casos, a caballo. Cuando alguien asesinaba a otra persona, huía hacia otra población hasta del mismo Municipio y ya con eso decía la gente “se fue muuuuy lejos”. Cuentan que cuando llegaron los primeros radio receptores causaron curiosidad y expectación entre la gente de provincia, cuando llegó el telégrafo pues ya era una maravilla de la comunicación.
Pues bien; por esos tiempos un padre de familia de una comunidad de la montaña, de escasos recursos económicos, pero ilusionado porque su hijo quería seguir estudiando, lo envió a la Ciudad Capital Chilpancingo, con unos familiares que allaaaaá tenía, así estudió la primaria y cuando terminó su educación secundaria, se dispuso ir a visitar a sus padres hasta aquel lejano pueblecito, y para hacerle saber a sus padres que saldría a caballo hasta la cabecera Municipal y de ahí hacia su pueblo llegaría en burro y que además le prepararan un rico mole de guajolote (al cual en algunas regiones les llamamos “totoles”), se le ocurrió enviarles un telegrama, pero como en la oficina de telégrafos le dijeron que le iban a cobrar por palabras, abrevió lo más que pudo su mensaje y así decía: “Papá, Mamá, salgo burro, espérenme totole” cuando recibió aquel mensaje, el papá llamó a su esposa y un tanto asustado le dice, -¡oye vieja, ése hijo que pariste o´ra es brujo!, figúrate que va a salí´ como un burro, ¡y va a llegá´ convertido en “totole”..¡.úúúúúúú...úúúúúúúú!
Que tengan una feliz y productiva semana…¡hasta la próxima!

viernes, 25 de mayo de 2018

"POLVO PA´LOS CUCHES"


“POLVO PA LOS CUCHES”
Autor: Isaías López Abundis

En un pueblo de pescadores de la Región, sucedió que un día, dos pescadores salieron a pescar en su lancha, llevaban sus cuerdas, redes y tarrallas; se metieron al mar y empezaron a tender sus redes, cuando se dieron cuenta que flotaban en el mar algunas bolsas de plástico con algo como polvo blanco adentro y amarradas a unas boyas, con algo de temor subieron las bolsas a la lancha, se preguntaban que sería lo que contenían, pero no se atrevieron a abrirlas ni a probar que sería, ellos creían que era masa para tortillas ó cal.

Después de varias horas, pescaron algunos pescados y salieron a la playa con su carga, las bolsas las enterraron y se llevaron solamente los pescados, quedaron de acuerdo que a nadie le dirían de las bolsas.
Pasaron los días y cierta mañana, la esposa de uno de ellos le dice al marido, -oye mi negro, los cuches no tienen que comer, compra aunque sea masa “minsa”, porque el maíz se acabó!- como el negro no tenía dinero, se acordó de las bolsas, y sin decirle a su compañero, desenterró dos y se las llevó a su casa, pensó; -se las voy a dar a los cuches, (cerdos) pa´ ver si no se mueren- asi que echó el polvo en los pedazos de llanta que servían de comederos, y los cuches se comieron todo, y luego luego cayeron dormidos!
Pasaron los días y llegó un domingo en que se iba a llevar a cabo un partido de futbol entre los chamacos del pueblo, y los chamacos se propusieron pintar la cancha y se iban a cooperar para comprar cal, y uno de ellos dijo, - yo le digo a mi papá que ponga la cal-,  ¡ora pues!, así que llegando a la casa le dice a su papá; pápa, regálanos de ese polvo que trajiste pa´ los cuches, pa´ pintar la cancha de futbol, mañana vamos a jugar,- el dijo que si, se fue la playa y se trae otras tres bolsas.
El domingo temprano, el hijo del pescador se puso a pintar las rayas en la cancha, como metió las manos a la bolsa se embarró y se limpió la cara aspirando el polvo aquel; a la hora del partido, se empezó a sentir mal, se vomitó y luego se convulsionó, le hablaron al papá y lo llevaron con el doctor del pueblo y el les dijo que estaba drogado, entonces llegó el comisario municipal y el pescador contó de cómo habían encontrado aquellas bolsas, mandó a traer al otro pescador, luego, el comisario le preguntó si tenían más de aquellas bolsas y uno de ellos dice; –pues hay otras cinco como de a kilo- fue por ellas y se las entregó al comisario quien dijo que las iba a entregar a otras autoridades. Los pescadores quedaron libres de culpa porque nunca supieron que era aquel polvo.
Ahora la gente del pueblo comenta –lo que hubieran hecho y comprado los pescadores si hubieran vendido la droga-; otros dicen, – es mejor ser inocentes y honrados, que vivir fuera de la ley!

Y TU, ¿QUE HUBIERAS HECHO?


jueves, 18 de enero de 2018