ADRIAN “EL
PAJARITO”
Hablar bien de
uno mismo, ó hablar mal de otro, es fácil; pero hablar bien de otra persona o
reconocer sus virtudes, sus aptitudes o talento, es difícil, y más cuando se
desarrolla una misma actividad, pues como decía mi madre q.e.p.d. ¿“quien ha de
desearte un perjuicio? El de tu mismo oficio”.
Hoy quiero compartirles la historia de un hijo del pueblo: un buen amigo,
compañero músico-bohemio, que hizo de la música su profesión, siempre
acompañado de su fiel guitarra, llevó su talento, su alegría y sus canciones a
quien le contratara para amenizar sus eventos sociales; recorrió la Costa
Chica, Costa Grande, Tierra Caliente y la montaña y otras partes de nuestro
estado de Guerrero; incluso, visitó otros estados de nuestra República
Mexicana, como Chiapas, Oaxaca, Morelos y la Ciudad de México.
Empírico, pero con un fino oído musical, “corridero”, bolerista,
cumbiambero, con su voz bravía, encendía o removía pasiones, al que era su
amigo le llamaba “carnal”.
Adrián Pacheco Chopín, fue hijo del señor Aurelio Pacheco Balbuena, y de la
señora Celerina Chopin Bernal; nació el 5 de marzo de 1960 en “Ojo de ague” ó
Las Salinas, municipio de Copala Guerrero. Fue el sexto de 14 hijos; al poco
tiempo de nacido, su familia se trasladó a radicar a Islaltepec ó “Las
Parotas”, perteneciente al mismo Municipio. Ahí cursó sus estudios de educación
primaria; al no poder continuar sus estudios de secundaria, decidió emigrar al
puerto de Acapulco, en busca de su destino, contando con apenas once años de
edad, se le dificultó un poco colocarse en algún empleo, finalmente, después de
varios días logró emplearse como ayudante en una tortillería propiedad del
Lienciado Jorge Mastache, a quien recordaba con cariño. A los 14 años, era ya
un experto en el manejo y mantenimiento de
la máquina tortilladora; recordaba que por esos días ya manifestaba su
gusto por el canto, la música y la
composición.
En el año de 1974, le surge la inquietud de irse a trabajar a la ciudad de
México: y así, se lanzó a la aventura, comentaba cómo le impactó la gran
ciudad, aquel monstruo de millones de cabezas. Nuevamente su corta edad le fue un impedimento
para contratarse en alguna empresa, así que tuvo que emplearse en lo que fuera
para sostener sus necesidades de alimentación, renta y vestido; trabajó en una
tortillería que estaba ubicada por el mercado de “La Merced”, misma que era
propiedad del Licenciado Fernando Carreño, 4 años duró en ese trabajo, pero su
alma de aventurero, y ya contando con la mayoría de edad, se trasladó a Puerto
Vallarta, Jalisco; trabajó en lo que se pudo, pero nunca estuvo de ocioso,
incluso, trabajó en la construcción; fue por esos días cuando conoció a señor
Lucio Maldonado, un paisano de “Las Parotas” que radicaba en esa ciudad; Don
Lucio tocaba la guitarra, Adrián lo escuchó tocar y cantar, y le gustó tanto
que como pudo ahorró para comprarse su primera guitarra y enseguida le pidió a
don Lucio que le enseñara y así, aprendió sus primeras “pisadas” y le arrancó a
aquella caja de madera sus primeras tonalidades, le puso mucho empeño a sus lecciones y en poco tiempo, se
acompañaba ya, canciones de nuestra región, algunas de ellas de su propia
inspiración, poco después empezó a cantar en algunos eventos y reuniones de
familiares de amigos y compañeros de trabajo. Después de 2 años, se regresó al
puerto de Acapulco, donde, armado con su guitarra recorría bares y
cantinas del centro y de las colonias,
como; Las Cruces, La Sabana,
Renacimiento, Puerto Marqués: -“yo era soltero y me iba bien
económicamente hablando “- nos decía. En cierta ocasión conoció a Gabriel
Villanueva Noyola, quien también era guitarrista y decidieron unir sus talentos
y formar un dueto, al que nombraron “Los Pajaritos del Sur”; en el año de 1986,
Jorge Pérez Villanueva “El Puma” les dio la oportunidad de grabar su primer disco para la marca “Odisa”,
colocaron varios éxitos en su estilo de corridistas y boleristas; sin embargo,
debido a diferencias de opiniones (como suele suceder en el ámbito musical), se
separó del dueto “Los Pajaritos del Sur”.
En 1987, se regresó a “Las Parotas”, y en una “tocada” conoció al joven
Mercedes Meza Ignacio, originario de Las Vigas municipio de San Marcos, se
acoplaron muy bien, y en poco tiempo integraron un nuevo dueto al cual llamaron
“Los Tremendos Pajaritos”, tocaron puertas en la ciudad de México y lograron
firmar un contrato para grabar en la
marca GEO RECORDS, colocando números temas que en su momento fueron éxitos, y
recorrieron gran parte del estado de Guerrero, Oaxaca, Morelos, Jalisco y Baja
California, en 1989, conoció a quien fuera su esposa inseparable, la señora
Lucina Pérez Campuzano, originaria de San Marcos Guerrero.
Para el año 2000, Mercedes Meza se separa de él, para irse a trabajar a Los
Estados Unidos de Norte América, para continuar su carrera musical, invita al
señor Isaías López Abundis, a grabar un disco en los estudios de grabación del
Ingeniero Adán Andraca, de Chilapa
Guerrero, en 2010 se integra al dueto, el señor Jonás de Jesús. como
segunda voz, Amado Clemente, en la
segunda guitarra y Javier Tornés en el bajo eléctrico, con quienes se grabaron
varios discos logrando colocar infinidad de éxitos en la Región Costa Chica y
en el estado de Guerrero, tales como “El Escobero”, “Rogelio Petatán”, “La
Gitana”, “La Piñata”, “El corrido de Aurora Arzeta”, “El Tigre de San
Francisco”, “La muerte de los copreros” (en Iguala), “La lancha Colombiana”,
“El dìa que yo muera” ò (no me guardes luto), “La casa maldita”, “Traición a un amigo”, “mírame a los ojos”, y
muchas, muchas más!
En 2018, y debido a la pandemia del COVID-19, el señor Isaías López se
separa del proyecto musical “Los Tremendos Pajaritos”, pero Adrián pacheco
continúa su carrera musical, carrera que sólo la muerte pudo frenar; Adrián
Pacheco Chopìn, fallece en la ciudad de Acapulco, el día primero de octubre de
2024 , dejando un recuerdo imborrable entre sus amigos, familiares, y de
quienes tuvieron, y tuvimos la fortuna de conocerle… HASTA SIEMPRE AMIGO
ADRIÀN, “EL PAJARITO”
