lunes, 31 de octubre de 2016

RECORDANDO A TIA CHENCHA



Ausencia Abundis Franco; La Tía Chencha
In memoriam.
Por Isaías López Abundis.

“A lo sonoro, llega la muerte como un zapato sin pie, como un traje sin hombre. Llega como un anillo sin piedras, llega a gritar sin la boca, sin lengua, sin garganta. Sin embargo, sus pasos suenan y sus vestidos suenan…callados, como un árbol!. (Gabriela Mistral

El día 27 de octubre (2009), amaneció nublado; la lluvia empezó a medio día, como presagio de la noticia que estaba por recibir: suena el celular…es mi hijo Nelson:- ¿ya supiste?, falleció Tía Chencha, en Acapulco, que su cuerpo lo traen como a media noche-. Al instante, su imagen, su recuerdo me llega a la mente.
Cuatro hijas tuvieron mis abuelos Manuel Abundis Priego y Carmen Franco Tapia: Basilisa; Angela (mi madre), Ausencia y Rosalía.
Mi tía Ausencia se casó con Constantino Evaristo Jiménez, nacido en Ometepec, de profesión Telegrafista, quien llegó a Azoyú para quedarse. Procrearon a Carlos, Raúl, Nelly y José Luis, de apellidos Evaristo Abundis. El Doctor Carlos y el Contador Raúl, tuvieron el honor y la responsabilidad de servir a mi pueblo de Azoyú, como presidentes Municipales en sendas administraciones.
MUJER INDUSTRIOSA
A mi tía Ausencia la recuerdo como una mujer fuerte, trabajadora, emprendedora, que ayudaba a la gente pobre de las comunidades del municipio. Junto con sus hermanas y otras señoritas, recibió un curso de corte y confección que impartió la tía Adelina Bautista Priego, lo que le sirvió para poner un taller de costura donde, además de enseñarle a tantas y tantas señoritas, les daba trabajo, ya que en su taller se confeccionaban uniformes escolares y prendas de vestir como; pantalones, camisas, faldas, mandiles, etcétera, y surtía de telas y ropa de vestir a comunidades de Azoyú y de otros municipios.
La tía Chencha tenía, además su tienda de abarrotes donde vendía al mayoreo y menudeo. En resumen, era una mujer dedicada al negocio y al comercio.
De joven fue hermosa, igual que mi madre y mis otras tías. Se sabe en el pueblo que mi padre Isaías López Oliva llegó a Azoyú (en el año de 1944) como maestro musical para poner por primera vez la danza de “La Conquista”, mi tía Ausencia fue la Malinche de dicha danza, lo cual causó gran admiración y expectación entre la gente del pueblo. Las dos: la tía Chencha por su belleza y la danza por su colorido, vestuario y significación.
Bueno es mencionar que tía Chencha era muy afecta a la lectura de obras literarias, revistas de moda y de entretenimiento que mandaba a comprar al puerto de Acapulco. He de confesar que fue en su casa, donde de niño, empecé a leer revistas de historietas y algunos libros; y fue ahí también, que escuché las primeras canciones que magistralmente interpretaba Julio Jaramillo, canciones que aún perduran en mi gusto personal y forman parte de los recuerdos de mi niñez.
ADIOS TIA CHENCHA
Al salir de Marquelia, el día 28 de octubre por la mañana, en la Iglesia estaba una banda musical tocando las mañanitas a SanJudas Tadeo, intercesor de las causas difíciles. Al pasar por Juchitán, igualmente, una banda de “Chile frito” tocaba en honor a San Juditas. Kilómetros adelante, se encuentra el poblado de San Isidro El Puente, donde también se preparaban para festejar al Santo Varón.
Llegando a “El Carrizo”, empezaron a desfilar los árboles de bocote, que por estas fechas, con sus blancas e inodoras flores, anuncian a “Todos Santos” ó “el “Día de muertos”. Un aire fresco y una lluvia finita, me hicieron recordar la presencia del frente frío número 8, anunciado por el Servicio Meteorológico.
Al llegar a Azoyú, me dirigí a la casa de Tía Chencha. La encontré acostadita en su ataúd; en su semblante se reflejaba la paz de quien ha cumplido a cabalidad con su misión de hija, de esposa y de madre. De quien llega satisfecha a la presencia del Señor para entregarle el alma que le fue dada…ó prestada!. Le susurré al oído-“¡hasta luego, Tía Chencha!... tus hermanas, tus hijos, sobrinos, nietos, parientes y amigos, te llevaremos por siempre en nuestras mentes y en nuestros corazones”!
¡pero, ¡no!...tu misión no está acabada, que ni es la nada el punto en que nacemos; ni el punto en que morimos es la nada. Círculo es la existencia y, mal hacemos, al querer medirla le asignamos, la cuna y el sepulcro por extremos! (Manuel Acuña)

lunes, 8 de febrero de 2016

Adios a un gran bohemio...


El día lunes 11 de octubre de 2010, falleció en la Ciudad de Acapulco el señor Mateo Aguirre López, un gran bohemio nacido en el "Bello nido" de la Costa Chica de Guerrero, poseedor de un gran carisma y talento. Precisamente hace un año, el Ayuntamiento de Ometepec organizó un programa para ofrecer un merecido reconocimiento a los grandes compositores e intérpretes de la música de esta bella región costeña. Entre los homenajeados se encontraban precisamente los hermanos Mateo y Alfredo Aguirre López, Indalecio Ramírez Rodríguez, Gabriel Ramírez Rodríguez, Juan Morales López, Manuel Sánchez Carmona, Salomón Ortiz López y Aquileo Bracamontes Dávila.

En el año de 1996 o 97, el gobierno del estado realizó una edición especial de un disco que grabaron los hermanos Vargas, de Ometepec, Los Chileneros de la Costa, dueto Blanco y Negro, Pepe Jara y Mateo Aguirre, contando con la participación de Cheto Pérez, un extraordinario requintista; además del requintista de los Yonic,cs. Todas las canciones que contiene este disco son de la inspiración de Álvaro Carrillo, el Vate de la Costa Chica. Don Mateo interpreta “No sé por qué me pongo triste”, “Allá tú” y “Tardes de Ometepec”. Sin duda hoy, la bohemia de nuestra región se encuentra de luto. Don Mateo Aguirre López: Descanse en Paz!

A propósito de bohemios

Investigando en un diccionario de la lengua castellana, encontré que la palabra bohemio, tiene la siguiente definición:

Bohemio: //Gitano//vida apurada o desordenada de algunas personas, como artistas y literatos. Persona que gusta de la vida urbana nocturna, sin apego a las convenciones sociales.

Deduzco entonces, que “La Bohemia” le podemos llamar a una reunión de bohemios o personas que comparten el gusto por el arte, la música y la literatura y, por añadidura, el vino, el café y el cigarro. Sin embargo, el bohemio no es un tomador cualquiera, es un ser sentimental, creativo, pasional a veces, que lo mismo pinta, escribe, interpreta personajes en el cine o interpreta canciones y/o compone música; un individuo que nos conmueve y nos hace sentir placer, alegría, amor, odio, depresión o tristeza, que nos hace reflexionar cuando leemos una obra literaria , cuando admiramos una buena pintura, una buena película y hasta nos dan ganas de tomar una copa cuando escuchamos una pieza musical que nos toca las fibras del corazón, o nos queda a la medida con alguna situación que estamos enfrentando en la vida.

Así en México existieron y existen, grandes artistas que han hecho las delicias de generación tras generación, y que han llenado de recuerdos nuestras mentes y que han marcado por etapas nuestras vidas. Quién no recuerda las películas de Pedro Armendáriz, de Carlos López Moctezuma, Arturo Martínez, María Félix, Dolores del Río, Sara García, Marga López, los hermanos Fernando y Andrés Soler, Pedro Infante, Jorge Negrete y otros. Salvo su mejor opinión estimado lector, actualmente no encuentro un artista de cine que nos conmueva de tal manera como lo hicieran los antes mencionados.

Dentro de la música, recuerdo a un ecuatoriano que en mi niñez yo viví pensando que era mexicano, me refiero a Julio Jaramillo. Díganme quién no se ha estremecido con la calidad interpretativa de este gran bohemio que saboreó las mieles de la gloria, de la fama y que paradójicamente murió sino en la ignominia, en una mala situación económica. Quién no recuerda también a Don Alfredo Jiménez, Agustín Lara, Pedro Vargas, Pepe Guízar, Javier Solís, Pedro Infante, los hermanos Juan y Amalia Mendoza “Los Tariácuri”, “Los Panchos” creadores del requinto, del trío y de toda una época romántica en México y el mundo. Igual José José, Armando Manzanero, Víctor Iturbe “El Pirulí”, el gran cantautor Juan Gabriel, Vicente Fernández, Martín Urieta, Marco Antonio Solís, y un gran valor dentro del bolero romántico, Carlos Cuevas... y muchos más.

En nuestros estados de Guerrero y Oaxaca, contamos con artistas y bohemios que han dado grandes aportes a la música y al arte nacional, estatal y regional, tales como: Álvaro Carrillo, Agustín Ramírez, Tadeo Arredondo, Don Vidal e Indalecio Ramírez, Joan Sebastian, Ethel Diego Méndez (compositor del tema Es mi Regalo), Roberto Belester, los hermanos Arizmendi, , José Manuel Zamacona, Tiburcio Nogueda, Pepe Ramos, y un dueto que hizo época, “Los Románticos del Sur”, así como Mateo y Alfredo Aguirre, Don Cheto Pérez, siendo éste un extraordinario requintista; el dueto “Blanco y Negro”, los hermanos Bautista de Azoyú, Chanta Vielma, Pedro Torres, don Higinio Peláez y su talentosa esposa, y tantos cancioneros más.

Entre los pintores mencionaré a Casiano García Jarquín, de Huehuetán; a mi paisano Lucas Martínez, de Azoyú, a Carlos Guerrero Suástegui. Entre los escritores que entregan el alma en cada obra mencionaré a Rubén Mora Gutiérrez de Cuauhtepec; a Juan García Jiménez, de Ometepec, así como al ingeniero Abel Baños Delgado y Adolfo Gazga Baños, de Oaxaca, además de innumerables bohemios urbanos y populares compositores como Gonzalo Gallardo. Pido disculpas a los que escapan a mi mente.
Concluyo diciendo que no todo el que toma es bohemio, ni todo bohemio necesariamente tiene que tomar; recordemos el caso de Pedro Infante, quien no tomaba alcohol y, sin embargo, qué de emociones transmitía. O el de la señora Amalia Mendoza, quien al interpretar sus canciones, lloraba de emoción. ¡Eso es tener alma de bohemio!, y esa sería su esencia: libar, pero crear, trasmitir, motivar, conmover, y compartir del arte o talento que se posea.

Por ISAÍAS López Abundis