lunes, 17 de diciembre de 2012

A PROPÓSITO DE LA BOHEMIA

ISAÍAS LOPEZ ABUNDIS

Investigando en un diccionario de la lengua Castellana, encontré que la palabra BOHEMIA, tiene la siguiente definición:
Bohemia: Región histórica de Europa central, que junto con Moravia constituye la República Checa
Bohemia: macizo de sistema montañoso que ocupa la mitad O. De la República Checa, formado por los Montes Metálicos, la selva de Bohemia, los Sudestes y las colinas de Moravia.
Enseguida aparece la palabra BOHEMIO, y su definición es la siguiente:
Bohemio: //Gitano//vida apurada o desordenada de algunas personas, como artistas y literatos.//persona que gusta de la vida urbana nocturna, sin apego a las convenciones sociales.
Deduzco entonces, que “La Bohemia” le podemos llamar a una reunión de bohemios ò personas que comparten el gusto por el arte, la música y la Literatura y por añadidura; el vino, el café y el cigarro. Sin embargo, el bohemio no es un tomador cualquiera, es un ser sentimental, creativo, pasional a veces, que lo mismo pinta, escribe, interpreta personajes en el cine o interpreta canciones y/o compone música, que nos conmueve y nos hace sentir placer, alegría, amor, odio, depresión o tristeza, que nos hace reflexionar cuando leemos una obra literaria , admiramos una buena pintura, una buena película y hasta nos dan ganas de tomar una copa cuando escuchamos una pieza musical que nos toca las fibras del corazón, o nos queda a la medida con alguna situación que estamos enfrentando en la vida.
Así en México existieron y existen, grandes artistas que han hecho las delicias de generaciones tras generaciones y que han llenado de recuerdos nuestras mentes y que han marcado por etapas nuestras vidas: quien no recuerda las películas de Pedro Armendáriz, de Carlos López Moctezuma, Arturo Martínez, María Félix, Dolores del Río, Sara García, Marga López, los hermanos Fernando y Andrés Soler, Pedro Infante, Jorge Negrete y otros. Salvo su mejor opinión estimado lector, actualmente no encuentro un artista de cine que nos conmueva de tal manera como lo hicieran los antes mencionados.
Dentro de la música, recuerdo a un Ecuatoriano que en mi niñez yo viví pensando que era Mexicano, me refiero a Julio Jaramillo, díganme quien no se ha estremecido con la calidad interpretativa de este gran bohemio que saboreó las mieles de la gloria, de la fama y paradójicamente murió sino en la ignominia, sì en una mala situación económica, quien no recuerda también a Don Alfredo Jiménez, Agustín Lara, Pedro Vargas, Pepe Guìzar, Javier Solís, Pedro Infante, los hermanos Juan y Amalia Mendoza “Los Tariàcuri”, “Los Panchos” creadores del “requinto”, del Trío y de toda una época romántica en México y el mundo, igual José José, Armando Manzanero, Vìctor Iturbe “El Pirulì”, un gran cantautor Juan Gabriel, Vicente Fernández, Martín Urieta, Marco Antonio Solìs, un gran valor dentro del bolero romántico Carlos Cuevas... y muchos màs.
En nuestros estados de Guerrero y Oaxaca, contamos con artistas y Bohemios que han dado grandes aportes a la Mùsica y al arte Nacional, Estatal y Regional, tales como: Alvaro Carrillo, Agustín Ramírez,  Tadeo Arredondo, Don Vidal e Indalecio Ramírez, Joan Sebastian, Ethel Diego Méndez (compositor del tema Es mi Regalo), Roberto Belester, los hermanos Arizmendi, , José Manuel Zamacona, Tiburcio Nogueda, Pepe Ramos, un dueto que hizo època “Los Románticos del Sur”, Mateo y Alfredo Aguirre, Don Cheto Pérez un extraordinario requintista, el dueto “Blanco y Negro” a los hermanos Bautista de Azoyù, Chanta Vielma, Pedro Torres, don Higinio Peláez y su talentosa esposa, y tantos cancioneros más; entre los pintores mencionaré a  Casiano García Jarquín, de Huehuetán Gro, a mi paisano Lucas Martínez de Azoyú, Carlos Guerrero Suástegui; dentro de los escritores que entregan el alma en cada obra mencionaré a Rubén Mora Gutiérrez de Cuauhtepec, Gro., Juan garcía Jiménez, de Ometepec, así como al Ing. Abel Baños Delgado y Adolfo Gazga Baños de Oaxaca. Además de innumerables bohemios Urbanos y populares compositores como Gonzalo Gallardo. Pido disculpas a los que escapan a mi mente.
Concluyo diciendo que no todo el que toma es bohemio, ni todo bohemio necesariamente tiene que tomar; recordemos el caso de Pedro Infante, quien no tomaba alcohol y sin embargo, qué de emociones transmitía. O el de la señora Amalia Mendoza quien al interpretar sus canciones, lloraba de emoción!. ¡eso es tener alma de  Bohemio! Que ese sería la esencia del bohemio; libar, pero crear, trasmitir, motivar, conmover, y compartir del arte ó talento que se posea.
DON VIDAL, E INDALECIO RAMÍREZ: SU PASO POR AZOYU
ISAÍAS LOPEZ ABUNDIS

Don Vidal Ramírez Guillén, nació en Ometepec, e Indalecio Ramírez Rodríguez (su hijo) nació en Igualapa, algo de lo que aquí escribo de ellos me lo contaron algunas personas y mi padre, que vivieron aquella época; y otras, son vivencias que recuerdo:
A principios de los años 40, Don Vidal Ramírez, empezó a visitar al pueblo de Azoyù siguiendo a sus amigos, Don Melquíades Bautista Huerta y sus hijos, los hermanos Manuel, Humberto, Medardo, Melquíades Jr., y David, de apellidos Bautista Priego; así como con Don Gabriel Estrada Herrera, esposo de Doña Adelina Bautista Priego, con quienes compartía el gusto por la música, el discurso, la composición y la bohemia. Don Vidal, alternaba sus noches de farra y serenatas (tocaba magistralmente la guitarra) con sus días de trabajo desempeñando el oficio de albañil, (construyó varias casas de adobe ahí en azoyù). Don Vidal (al igual que su hijo Indalecio) tenía un gran ingenio y un humor chispeante y oportuno, las letras de sus canciones lo demuestran, por ejemplo, en su chilena “La Consejera” dice, /Amores y dinero, quitan el sueño, yo como nada tengo, lo bien que duermo/.
En el año de 1944, mi padre llegó a Azoyù, procedente de un pueblito del Municipio de Ometepec, que se llama Acatepec, Gro, con 20 años de edad, trompetista consumado a pesar de su juventud, fue contratado por Medardo Bautista Priego, para ensayar la primera “puesta” de la danza de “la Conquista”, danza que causó expectación y agrado entre los Azoyutecos, después de terminado su contrato, se quedó a trabajar, invitado por Don Melquíades Bautista Padre, para que se integrara a la Orquesta que él había formado, ahí fue donde conoció a Don Vidal Ramírez. En el año 1948, mi padre se casó con mi madre. Por esos años, Don Vidal lo invitó a trabajar con él la albañilería, oficio que le dejó como una herencia que después nos transmitió a  nosotros, sus hijos. Tengo el orgullo de decir que Don Vidal convivió con mi familia cuando con mis hermanos éramos unos niños, ya que mi madre le asistió en varias ocasiones con la comida y el lavado de su ropa, a él y a Indalecio.
Indalecio Ramírez, empezó a ir a Azoyù, siguiendo a su padre, Don Vidal, decía mi papá que ya le ayudaba en la albañilería, oficio que dominaba a la perfección, se hizo amigo de los amigos de su padre, los Bautista y de sus hijos, quienes eran también músicos. En el año de 1957 ó 58, Indalecio inició (junto con mi papá) la construcción en Azoyù, de la primera casa ( de dos pisos) hecha de material industrializado, es decir, de cemento, cal, varilla; y material regional, piedra y tabiques, como no había manera de acercar grava de río, los niños del pueblo partíamos piedra a punta de “marro” y Don Melquíades Bautista Jr. (quien era el dueño de dicha obra) nos pagaba a $.20 centavos la “lata” ò medida de 20 litros, de esa camada de niños, recuerdo con cariño a los hermanos Mayo Patricio,  quienes eran conocidos en el pueblo como “los tinguiliches”.(porque eran morenos y eran muchos).
Pues bien, Indalecio Ramírez, terminada su jornada de trabajo, se reunía con amigos a cantar y a libar el néctar de un buen vino, entre los más cercanos recuerdo a mi padrino Gabriel Estrada Bautista “Vito”, a Ildemaro “El Pachole”, a mi padre Isaías Lòpez, a Pancho Castellanos ò “Pancho Tambora” (era el baterista de la orquesta), a Juan Manuel Gòmez, un “Chilango” guitarrista y voz de tenor, que en el año de 1950 vino de visita, lo trajo Don David Bautista a la boda de su hermano Mario Bautista, y después se quedó en Azoyù; a Don Ramón Estrada Herrera (también guitarrista), a Boanerges Espinoza, a “Minche” Lozano, y otros que escapan a la memoria. Se reunían a veces en el corredor de la casa de Don Efraín Rodríguez Javier, y de ahí a donde nosotros vivíamos había escasos 10 ó 15 metros (las casas colindaban) así es como le escuché a Indalecio, interpretar canciones como “El Andariego” y “Eso” de Alvaro Carrillo, y una canción que hasta la fecha se escucha en Azoyù y es “Cinco Centavitos”, también “Guerrero es una cajita” y su canción “Una Limosna” la cual se convertiría en su primer éxito en voz del desaparecido Gabriel Ciria Levario (Javier Solìs), desde entonces, me convertí en un admirador del Talento y carisma de Indalecio Ramírez, “El Indio de Igualapa” y a quien el también compositor Martín Urieta llamara “El Indio taciturno”.
Algo que agravó en Indalecio su gusto por la bebida, según la apreciación de mi padre, fue el fracaso en su primer matrimonio, y nos decía que posiblemente de ahí nacieron sus primeras composiciones.
He aquí una anécdota que me contó mi papá: Don Melquíades Bautista Padre, estimaba mucho a Don Vidal y a Indalecio lo quería como a uno más de sus hijos, por eso le preocupaba que tomara tanto y siempre estaba atento a èl. En una ocasión le fueron a decir a Don Melquíades –oiga Don Melquia, Indalecio ya está tomando allá donde “Tìa Laya”- (Tìa Laya Priego, una señora que vendía bebidas “curadas” de nanche, de naranja y otros sabores), -caray, dijo don Melquíades ¿y con quién está?- pues, con “Pancho tambora”  y otros dos-. Decidió Don Melquíades darle una lección a los muchachos y fue a hablar con el comandante de la policía y le dijo que detuviera a los que estaban bebiendo donde “Tìa Laya”  luego que los pusiera a barrer una calle del centro de Azoyù, luego que los llevara a almorzar, que él pagaría la comida, y finalmente que los soltara conminándolos a que ya no siguieran tomando, el comandante se le “cuadró” a Don Melquíades y ni tardo ni perezoso cumplió la encomienda al pie de la letra, los detuvo, los puso a barrer la calle principal, la cual estaba “empedrada” luego los llevó a almorzar y finalmente les dijo,-ahora sì muchachos, ya se pueden retirar y no los quiero ver  tomando otra vez.- entonces, que se para Indalecio y le dice.- no señor, ¡ahora va por mi cuenta!, mejores calles he barrido no ..nches empedrados, ¡vamos muchachos, a seguir barriendo!
Luego, por esa época, se le ocurrió comprar un burro para enseñarle a montar a sus hijos y/o pasearlos por las calles del pueblo, el problema era que tenía que llevarlo desde azoyù hasta su pueblo natal,-y así lo hizo- un buen día tomó el camino real que comunicaba a Azoyù con Igualapa y por donde caminaban los peregrinos que cada año visitaban el santuario del Señor del Perdón, caminó sin problemas hasta llegar al río, por el “Paso del Chalán” pero empezando a subir la cuesta, el burro se empezó a “atrancar” al llegar a la cumbre el burro ya no pudo más, ni a jalones, ni a empujones, ni por favor, ni por la promesa de un manojo de “zacate” tierno al llegar, el burro ya no caminó. Enojado Indalecio le quitó el mecate del pescuezo y ahí lo dejó, no sin antes expresar ò proferir la siguiente maldición, ¡burro desdichado, no has de encontrar un pedacito de tierra donde caer muerto! Así, pasó el tiempo;  tres o cuatro meses después volvió a pasar por el mismo lugar -“ayòn”, por aquí quedó mi burro- dijo- se adentró por el monte y cual sería su sorpresa ¡ahí estaba el esqueleto cubierto por jirones de cuero de aquel burro! ¡murió parado, recargado del tronco de un viejo huizache! se cumplió la sentencia de Indalecio, aquel pobre burro no tuvo un pedacito de tierra para caer muerto.
Poco a poco Indalecio fue espaciando sus visitas a Azoyù.(pero no deja de ir) Tiempo después supimos que Alvaro Carrillo (quien también visitaba Azoyù y a los Bautista) impulsó la carrera de compositor de Indalecio imponiéndole como condición, el que dejara de tomar, primero un año, después otro y otro, así; hoy, Indalecio es un hombre sobrio, sabio, que supo capitalizar sus experiencias, fracasos y vivencias y las vació en las letras de sus canciones que saben llegarle al pueblo, sus obras son grabadas por grandes cantantes nacionales y han trascendido las fronteras de México. La de Indalecio, es una historia que nos sirve de ejemplo, ejemplo de superación y fortaleza de espíritu, de cómo un hombre puede caer en las garras del vicio y como se debe luchar para levantarse. Admiro de Indalecio el hecho de que jamás ha renegado de sus raíces indígenas, periódica y religiosamente visita su tierra natal, Igualapa. Pero lo que más admiro de él, es la forma de escribir la letra y música de sus canciones ya que cuenta con una mediana preparación académica, sin embargo, el como usa la metáfora nos muestra su universo interno y grandeza como ser humano, al artista nato que lleva dentro. Su vida bohemia le hizo aflorar el talento y el romanticismo. Hoy por hoy, junto con Joan Sebastián y Juan Gabriel, Indalecio Ramírez es uno de los compositores más prolíficos, más grabados y cotizados de México, y para nuestro orgullo es... “El Indio de Igualapa”, de esta hermosa región de la Costa Chica de Guerrero.
Le pedí a Indalecio (vía telefónica) que me permitiera escribir parte de la historia de su estancia y paso por Azoyù, recibiendo su amable aprobación. ¡Gracias, y...Felicidades Indalecio!¡que Dios te bendiga! por cierto: un saludo cordial para él y para su esposa hasta el estado de Chiapas donde se encuentran vacacionando.
Por el mensaje y sentimiento que encierra, una de sus canciones que más me gusta es la siguiente:

“NO ME GUARDES LUTO”  AUTOR: INDALECIO RAMÍREZ

Quiero que tus manos que a diario acaricio// me cierren los ojos el día que yo muera// para que tu misma ya viéndome enfermo// creas que solo duermo como antes lo hiciera// quiero que me lleves en lugar de flores// un ramo de besos que cubra mi frente//  y en vez de oraciones que decir no puedas// dime que se queda mi amor en tu mente.
No quiero que llores al verme tendido// porque mi silencio se interrumpirá// es mejor que pienses que sigo dormido// y que tus sollozos me despertaran// luego al enterrarme seguirás vistiendo// el color que en vida para mi lucieras// no me guardes luto, lo negro es muy triste// de rosa te vistes el día que yo muera.

¡hasta la próxima!

lunes, 10 de diciembre de 2012


LA VIRGEN DE GUADALUPE

Isaías López Abundis.

El día 12 de diciembre de cada año, se festeja la aparición de la virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, es ésta, una historia de amor y de fe que ha trascendido fronteras; hoy en día el amor a la Guadalupana, es un fenómeno que cautiva al mundo religioso. Infinidad de científicos, investigadores y escritores vierten su punto de vista al respecto, unos cuantos escépticos en contra, la mayoría a favor de  la cristalización de este milagro sucedido el martes 12 de diciembre de 1531.

La pintura que cubre la tela del ayate de Juan Diego, es un misterio indescifrable. El sabio alemán Kuhn, premio Nobel en química, ha estudiado esta pintura y su respuesta dejó atónitos a los oyentes: “estos colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni animales”. Igualmente, los estudios que se han hecho a los ojos de la virgen morena, han revelado una pupila que contiene toda la escena y todas las personas del momento del milagro.

LOS PAPAS Y LA VIRGEN DE GUADALUPE

Pío X proclamó a nuestra señora de Guadalupe “Patrona de toda la América Latina”; Pío XI, de “todas las Américas”; Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas”. Con esto nos damos cuenta de la importancia que tiene para la evangelización, la figura de la virgen de Guadalupe de México, quien “no hizo nada igual con ninguna otra nación”.

Singularidad, perdurabilidad, primacía:

En un libro que se llama “Summa Mexicana”, encontré dos comentarios sobre la virgen Guadalupana, el primero es de José Rogelio Alvarez, Mexicano, y el segundo de J.J. Benítez, escritor español, los cuales comparto con ustedes:

“La devoción a la virgen de Guadalupe preside la religiosidad de los mexicanos, ostensible en el culto multitudinario que se le rinde principalmente en los santuarios del Tepeyac, Zapopan y San Juan de Los Lagos. Ya se admite, aún por los eclesiásticos, que el concepto de la madre de Jesucristo está vinculado en lo profundo del pensamiento religioso, con el misterio de Coalticue, diosa madre sin concurso de varón, y más claramente con Tonantzín, “nuestra madrecita”, nombre antonomástico de Centéotl, deidad del maíz. Despojadas estas concepciones de sus mitos, queda una sola deidad creadora y protectora, a la que se afilia la parte más sensible del espíritu humano, absorto en el origen y el fin de la existencia, y necesitado en esta vida de amparoy consuelo. La virgen de Guadalupe heredó también el linaje cósmico del Olimpo Nahua, del cual son prendas los rayos del sol a sus espaldas, y las estrellas que tachonan su ropaje” (José Rogelio Alvarez).

“Mexicanos… -de todas las edades y condición social- arrastrándose de rodillas por el áspero asfalto que rodea al nuevo templo. Era un fluir de hombres, mujeres, niños y ancianos silenciosos y cabizbajos, la mayoría con flores entre las manos. Cien o doscientos metros antes de la entrada de la Basílica; aquellos peregrinos llegados desde todos los rincones de los estados mexicanos, se dejaban caer, sobre sus rodillas y, lentamente, dando así cumplida cuenta de su promesa a la Señora, entraban al templo y se aproximaban hasta el gran altar central. ¡Insólita, emocionante y auténtica manifestación de los mexicanos! Quedé atrapado por la sinceridad de aquel pueblo”. (escrito en el año de 1981, por J.J. Benítez, escritor español).

Cierto; pocos países del mundo tienen una tradición religiosa con tanto arraigo entre su gente, entre sus pueblos; como la que manifiestan y preservan los mexicanos por la virgen de Guadalupe, la morenita que nos da una especial identidad; miles de mujeres …y hombres, llevan su nombre en nuestro país.

 

lunes, 26 de noviembre de 2012

DESPEDIDA PARA LA MAESTRA LUCERO.
por Isaías López Abundis.
Marquelia Guerrero.

texto leído después de la misa celebrada por el fin de novenario.

 Cuando un amigo muere, el hombre siente que parte de su historia se ha ido con él.
Mi abuelo materno Manuel Abundis Priego, fue primo de doña Dolores Priego, madre de mi tío David Bautista, a quien debemos y agradecemos que haya traído a mi padre por cuestiones de trabajo, a esta comunidad de Marquelia allá por el año de 1964. Desde la juventud, mi papá, mi tío Da...
vid y los hermanos Bautista Priego, fueron muy unidos por lazos de amistad y por el gusto por la música; cuando mi padre murió y estaba tendido, mi tío David no asistió, pero le mandó al Mariachi Azoyú, para que le cantaran y lo despidieran. Días después acudí a su casa para agradecerle el gesto; con los ojos humedecidos me dijo: “ni lo menciones, tu papá fue mi amigo, fue músico y merecía que los muchachos le fueran a cantar”. por eso, mi familia y yo, sentimos su partida y aún seguimos lamentando la pérdida del tío David Bautista Priego. Creo y estoy seguro, que el día 7 de noviembre, salió presto a recibir a su hija para compartir del reino y la presencia de Dios nuestro Creador.
Pues bien: El día de hoy, amigos y familiares de la familia Bautista Arizmendi y Tellechea Bautista, nos encontramos reunidos compartiendo un profundo sentimiento de humanidad por el lamentable deceso de Lucía Enedina Bautista Arizmendi, conocida por todos nosotros como Lucero; una gran mujer, una incansable profesionista que entregó lo mejor de su vida a la docencia.
Los que le conocimos en el ámbito escolar, precisamente en el CBTiS No. 176, un plantel del nivel medio superior ubicado en esta población de Marquelia, en donde ella se desempeñó como docente y después como Directora; nos pudimos dar cuenta de su tesón, de su profesionalismo pero sobre todo de su calidad moral y humana, en el trato hacia sus compañeros de trabajo y muy especialmente, hacia los jóvenes del Plantel y de la comunidad en general, nunca le negó cariño y frases de aliento, llamados reiterados hacia la superación a sus alumnos. Su profesión, Psicóloga; su especialidad (según mi apreciación muy personal), fueron las relaciones humanas, con ella se pierde un pilar de la educación en nuestro pueblo, de nuestra Región y de nuestro estado de Guerrero.
En nuestra sociedad actual compleja y caótica, hacen falta hombres y mujeres, padres de familia, profesionistas y no profesionistas, autoridades de todos los ámbitos, y ciudadanos en general, que como la Maestra Lucero, emprendan acciones basadas en valores cívicos y éticos para tratar de mejorar la calidad humana de nuestros niños y jóvenes para sentar las bases de una nueva sociedad.
Al recordar a la maestra Lucero, recuerdo las palabras de Antonio Machado, quien escribió lo siguiente:
Caminante no hay camino Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar. Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón. Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse... Nunca perseguí la gloria. Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar... Hace algún tiempo en ese lugar donde hoy los bosques se visten de espinos se oyó la voz de un poeta gritar Caminante no hay camino, se hace camino al andar... Golpe a golpe, verso a verso... Murió el poeta lejos del hogar. Le cubre el polvo de un país vecino. Al alejarse le vieron llorar. Caminante no hay camino, se hace camino al andar... Golpe a golpe, verso a verso... Cuando el jilguero no puede cantar. Cuando el poeta es un peregrino, cuando de nada nos sirve rezar. Caminante no hay camino, se hace camino al andar... Golpe a golpe, verso a verso.
A doña Enedina, a Teresita, a Lucerito, a David Junior y a mi compadre David Tellechea, les dedico estas palabras que alguien me compartió un día:
... Por algo pasan las cosas que te suceden aquí, alegres o dolorosas son perfectas para ti... y no es nada personal, lo que acontezca en tu viaje, para bien o para mal, es tan solo aprendizaje... Por algo pasan las cosas, que mas nos cuesta aceptar, fue oruga la mariposa antes de poder volar, y esa angustia que hoy te quema y que te causa desvelo, mañana será la gema que mas destelle en tu cielo... Por algo pasan las cosas y al ver tus viejos dolores, veras que de forma hermosa por fin se volvieron flores, y esas de mayor encanto... esas de aspecto mas tierno, son las que regó tu llanto cuando fue crudo tu invierno... y de esa manera asombrosa, con ese convencimiento, podrás transformar en rosas las espinas del momento... que si la paz va contigo, o si el pesar te destroza... en ambos casos mis amigos.... POR ALGO PASAN LAS COSAS...

Comadre; Maestra Lucero…Descansa en Paz!
(la maestra Lucero fue nieta de don Melquiades Bautista Huerta y de Dolores Priego, de Azoyú, Guerrero)

martes, 6 de noviembre de 2012

Sobre Melquiades Bautista Huerta



Gro Melquiades Bautista Huerta - CostaChica
.
Don Melquiades, pilar del pueblo azoyuteco
Isaías López Abundis: Azoyú Guerrero, México
.
** En mi opinión, las autoridades locales, regionales y el pueblo en general de Azoyú y de la Costa Chica entera, le debemos un público reconocimiento a Don Melquíades Bautista Huerta, hombre emprendedor, altruista y solidario con su pueblo, por todo lo que hizo en beneficio de la gente y del desarrollo de los pueblos
[En la fotografía Melquiades Bautista Huerta, con sus nietos]
.
Don Melquíades Bautista Huerta, nació en Azoyú, Guerrero, el día 4 de diciembre de 1882, y murió el 19 de octubre de 1975. Se casó con la señora Dolores Priego, quien nació en Azoyú, hija de padres chilapeños.
Sus padres fueron el señor Manuel Bautista Almazán, y la señora Francisca Huerta. Sus abuelos paternos fueron don Felipe Bautista Herrera y doña Mercedes Almazán Patrón, originarios de Olinalá.
El niño Melquíades quedó huérfano a la edad de 7 años; conoció e hizo amistad con los niños Caritino, Eduardo, José y Efrén, hijos de la doña Fortunata López viuda de López, familia económicamente encumbrada y muy trabajadora. Fue tanto el cariño que le tomaron que se lo llevaron a vivir con ellos; ahí Melquíades aprendió el oficio de panadero, también lo relacionado a la cría de ganado vacuno, caprino y porcino, y al comercio en general. En el hogar de doña Fortunata, fue un hijo más que ayudaba con afán en todas las labores relacionadas a la familia. Su pago fue, precisamente, aprender con la práctica y el asimilar las experiencias vividas.
Cuando cumplió la mayoría de edad, se independizó; es decir, empezó a trabajar por cuenta propia: se dedicó al campo y al comercio de pieles de ganado vacuno, viajaba a Tlapa de Comonfort, a donde llevaba grasa y pieles, y regresaba con mantas, azúcar y otros productos que comercializaba en Azoyú.
Al estallar la Revolución de 1910, ya casado, junto con su esposa y su pequeña hija Adelina, se fue a refugiar a Ometepec, donde hizo muchos amigos; sin embargo, Ometepec era una plaza muy importante para los revolucionarios y para el gobierno, así que el peligro era latente y tuvo que marcharse con su familia hacia Metlatónoc, donde se dedicó a las labores del campo.
Terminada la Revolución, regresó a su pueblo natal, Azoyú, donde retomó sus actividades del campo, la ganadería, la panadería y el comercio, obteniendo excelentes resultados gracias a su empeño, responsabilidad y dedicación.
Por esos años, nacieron sus hijos Manuel, Medardo, Melquíades, David y Humberto. Amasó una considerable fortuna, ya que llegó a tener hasta un millar de reses, (de las cuales, en el año de 1936 se le murió el 90 por ciento a causa de la epidemia conocida como derriengue). Tuvo además de ganado caprino, equino y porcino. Luego, como aficionado, tuvo una buena cría de gallos de pelea, restableció sus relaciones comerciales con Tlapa; comercializó las famosas cervezas “Saturno”; el vino lo traía desde Huitzuco, en castañas de 30 litros por la vía de Tierra Colorada-Ayutla-San Luis Acatlán-Azoyú. Posteriormente recibía la mercancía que compraba en Acapulco la cual trasladaban en barco hasta la Barra de Tecoanapa, y de ahí por tierra. Para ello, abrió brechas que comunicaron Azoyú-Juchitán-La Cuchilla-La Barra, y Azoyú-Juchitán-Marquelia-La Barra. De esta manera pudo trasladar a lomo de mula dicha mercancía. Él mismo se convirtió en arriero y a partir de entonces nada se le dificultó para recibir la mercancía que le llegaba incluso desde la Ciudad de México.
Al estar constantemente en La Barra de Tecoanapa y notando la abundancia de la pesca de Huachinango y Robalo, se propuso comercializarlos; para ello los pusieron a salmuerar, construyeron tapancos de madera y ahí los salaban, después los sacudían y guardaban en sacas hechas de petate para trasladarlos a otras partes del estado, incluso del país.
Fue don Melquíades un hombre visionario y emprendedor. Junto con don Aurelio Flores, introdujo los primeros carros automotores para trasladar hacia Acapulco la carga y el pasaje de la región.
Vida y obra social
Don Melquíades Bautista siempre fue un hombre humilde, sencillo, solidario con las causas nobles; hacía el bien sin mirar a quien, participaba activamente en las fiestas del pueblo. En la fiesta mayor que es el día 8 de mayo, de su propio peculio ofrecía una comida para los comerciantes que llevaban a expender su mercancía a dicha feria, y todavía, a quien le sobraba mercancía ¡él se las compraba!
Sin ser funcionario público, ayudaba lo mismo en la construcción o reparación de la Iglesia o de la escuela del lugar. Así se ganó el cariño de los habitantes de Azoyú y de todo el municipio y la región. Cada día de su cumpleaños, los niños y maestros de la escuela iban a cantarle las tradicionales mañanitas.
En el año de 1922, Don Melquíades fue presidente Municipal, y en poco tiempo (anteriormente el período era de un año) realizó innumerables obras entre las que se mencionan la reconstrucción del Palacio y el Mercado Municipal, se construyó el Zócalo al cual lo rodeó con plantas de ornato y rosales, introdujo la red de agua entubada que se trajo desde la comunidad del Zapote Negro, así como la fuente de agua potable (una fuente que todavía existe y que guarda tantos recuerdos y tantas historias). Organizó encuentros deportivos contando con la participación de las poblaciones aledañas, llevó a cabo jugadas de gallos enmarcadas en las fiestas del pueblo.
También realizó gestiones para que jóvenes de Azoyú se fueran a estudiar a la ciudad de México la carrera docente, logrando algunos su objetivo. Hizo traer a un señor de nombre Rosendo, de Amozoc, Puebla, quien era mecánico y además fabricaba frenos, espuelas y otras artesanías relacionadas a los caballos, y a un jabonero para que enseñaran estos oficios a la gente del pueblo que así lo deseara. Trajo a un maestro de primaria de Olinalá, el profesor Juan Coronel, para que enseñara a leer y escribir a los niños de Azoyú. Construyó la portada del panteón Municipal, poniéndole la imagen de San Miguel (el albañil de dicha obra fue don Vidal Ramírez, padre de Indalecio Ramírez, “El Indio de Igualapa”).
En el año de 1932, se formó la Colonia de Marquelia y Don Melquíades contribuyó con don Nabor Ojeda y don José López, y otras personas, para que fuera una población modelo; sin embargo, esto no se concretó debido a que falleció el ingeniero Del Valle, quien iba a financiar dicho proyecto.
Tiempo después, se construyó el Campo Aéreo de Juchitán, desde donde con la ayuda de sus hijos David y Melquíades Jr., llevaban marranos y chile seco a Puebla y traían de allá harina, azúcar y otros artículos de abarrote. Con la ayuda también de su hijo David, construyó o abrió la brecha que hoy comunica a Azoyú con Cuanacaxtitlán y Arcelia del Progreso. Influyó para que se construyera el campo de aviación de Azoyú. Compró de su dinero una casa y un potrero en Zoyatlán, y posteriormente donó la casa para que construyeran la escuela, y el potrero se lo regaló a Don Meño Díaz, quien habría sido su vaquero.
Se comprometió a formar una orquesta y trajo de Ometepec al maestro Polanco, y en seis meses Azoyú contaba ya con su orquesta a la que pusieron el nombre de la diosa de la música “Euterpe”. Los primeros músicos fueron Agapito Salinas, Hilario y Vicente Quintero, Manuel y Primitivo Rodríguez, Luis Portillo, Ezequiel Jiménez y David Gutiérrez.
En los años cuarenta llegó la misión cultural, así se reforzó dicha orquesta con otros músicos como: Gabriel y Ramón Estrada, Francisco Santos, Francisco Castellanos, Isaac Quintero, Isaías López Oliva (mi padre); Melquíades y Humberto Bautista, así como el maestro Panuncio Adame. Don Melquíades siempre estuvo patrocinándolos.
Igual a la gente de La Barra de Tecoanapa les regaló instrumentos para una banda musical y les llevó un maestro para que les enseñara a tocarlos; a los Magallones de Huehuetán, también les ayudó.
Entre sus apuntes y memorias menciona a sus amigos de Ometepec, Acapulco, Ayutla, San Marcos, Igualapa, La Barra de Tecoanapa, Tlapa, Chilpancingo, Cruz Grande, en fin... toda la Costa Chica, así como del Estado de Puebla, del estado de Morelos, de la Ciudad de México, y de ciudades de otros estados, de los cuales, para enumerar sus nombres, no me alcanzaría el espacio.
Mi padre, que trabajó con él en su tienda, nos contó que quemaba libros y libros que contenían la relación de gente que le adeudaba dinero; sin embargo, jamás dejó de tenderle la mano a la gente que necesitaba de su ayuda; comida, medicina, ropa, nadie de su casa se iba con las manos vacías. Siempre mostró sentido del humor y una ecuanimidad digna de admirar.
Anécdota…una de tantas
En Azoyú existió un carpintero que tenía una casa de adobes, pero le faltaban las puertas. Un buen día, llegó Don Melquíades a verlo.
_Buenos días-, dijo.
_Buenos días, don Melquíades, ¿qué se le ofrece?
–Mira, necesito que me hagas unas puertas.
_Sí, señor, ¿y las medidas?
_Mira, para que no te entretengas, tómale medidas a las puertas de tu casa, ya que son iguales a las que necesito, aquí tienes dinero para que compres madera y lo que vayas a ocupar. Cuando ya estén hechas, me avisas.
_Si, señor-, contestó extrañado el carpintero.
El carpintero se afanó y en pocos días fue con Don Melquíades para avisarle que ya estaba su cargo, a lo que Don Melquíades le contesta muy serenamente: “Mira amigo, pégalas en tu casa y me dices cuánto es lo que te debo”. Y el carpintero entre apenado y contento, le contesta: “No señor, no me debe nada. Al contrario, muchas gracias”.
En mi opinión, las autoridades locales, regionales y el pueblo en general de Azoyú y de la Costa Chica entera, le debemos un público reconocimiento a Don Melquíades Bautista Huerta, hombre emprendedor, altruista y solidario con su pueblo, por todo lo que hizo en beneficio de la gente y del desarrollo de los pueblos.
.Cualquier comentario, al correo: isaias_la@hotmail.com.
PD. Agradezco a la familia Bautista Arizmendi, de Marquelia, por los datos proporcionados.
10 DE MAYO “DIA DE LAS MADRES”




Por Isaías López Abundis.



En todo el mundo se celebra a la Madre; a ese ser en quien Dios nuestro Señor, depositó el milagro de engendrar vida dentro de su vientre.

La celebración del día de las madres se remonta a la antigua Grecia, cuando se le rendían honores a Rhea, la madre de los dioses: Júpiter, Neptuno y Plutón. Los romanos llamaban a esta celebración La Hilaria, se llevaba a cabo el 15 de marzo en el templo de Cybele y durante tres días se hacían ofrecimientos.

Posteriormente los primeros cristianos celebraban el día de las madres en honor a la virgen María, madre de Jesús. Durante el siglo XVII, en Inglaterra también se llevaba a cabo un acontecimiento similar, honrando también a la Virgen y el cual se denominaba Domingo de las Madres. En ese día los niños asistían a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus progenitoras.

En Estados Unidos, la celebración tiene sus orígenes hacia 1872, cuando Julia Ward Howe, autora del Himno de batalla de la República, sugirió que esa fecha fuera dedicada a honrar la paz, y comenzó celebrando cada año encuentros en las ciudades de Boston y Massachusetts en celebración del Día de la Madre. Por otro lado la celebración de este día, esta relacionada con la iniciativa de una joven llamada Anna Jarvis, quien perdió a su madre Anna Reeves Jarvis en 1905 , quien era una activista comunitaria de Virgina Occidental.

EL DIA DE LAS MADRES EN MEXICO

El día de las madres en México tiene su origen desde hace 90 años, cuando un periodista llamado Rafael Alducin que trabajaba para el periódico " Excélsior" hizo una invitación un 13 de Abril de 1922 a toda le gente, para que propusieran un día de festejo a las madres. Es así como el 10 de mayo de 1922, por primera vez en México se celebra a la madres.

En algunos países se celebra en distintas fechas; pero todos dedican un día para honrar a nuestras madrecitas. Sea el país que sea, con sus distintas maneras de celebrar; las madres son y serán el centro y soporte de las familias.

Pero ésta, no es tan sólo una fiesta a celebrar, también es ocasión de recordar a aquellas madres que se nos adelantaron en ese viaje sin retorno. A los panteones asisten los hijos que aún guardan en su memoria los pasajes vividos en la infancia, adolescencia y adultez, porque ella nunca deja de ser nuestra madre, porque ella siempre estuvo dispuesta a dar su vida por cualquiera de sus hijos; por eso, las tumbas se visten de flores, se oye el tronar de cohetes, sentidas canciones invadir el nostálgico ambiente, y se mira a algunos llorar en silencio.

Sólo en muy desgraciadas excepciones algunas mujeres, abandonan a sus bebés en la calle, en el quicio de una puerta ó los tiran a la basura, y hasta llegan a venderlos como si fuera una mercancía.

Tal vez por eso existan hombres que llegan a atentar contra la vida de un bebé en gestación, y en consecuencia, de la madre que alberga al feto en desarrollo. En realidad, es difícil determinar los motivos que los mueven a llevar a cabo tales acciones; ¿traumas, drogadicción, alcoholismo, pérdida de valores éticos y morales?...¿o todo junto?; creo que ni los animales irracionales llegan a tal grado ¿o sí?, lo cierto es que entre humanos, a menudo suele suceder.

Desde este espacio vaya un merecido reconocimiento a las madres que nos hacen el favor de leernos, y a todas las Madrecitas de México…¡Feliz día de las Madres!

 
Les dejo uno de mis pensamientos que ilustra un caso, como el que líneas arriba se ha planteado.

 
¡GRACIAS, MAMÁ!

(breve historia de un aborto provocado)

ISAÍAS LOPEZ ABUNDIS

 
Hoy, desperté temblando

y es que escuché gritos, maldiciones,

te oí decir-¡a mi hijo no lo tocas!

…alguien te estaba golpeando,

yo me sentí impotente,

como encerrado en un cajón,

sentí temblores en mi estancia,

un amargo líquido llenó mi boca

y un frío de muerte recorrió mi espalda

¡que muera- alguien decía;- que muera!

después, un portazo, llantos en el exterior,

sonidos de ambulancias y patrullas!

oí tu voz decirme, ¡aguanta, hijito, aguanta!

Luego… -un lapso que se hizo eterno-,

de pronto, sentí que alguien me jalaba

de la cabeza y de los hombros

nadaba yo en un mar de sangre,

vi a lo lejos, claridad de superficie!

quería salir y respirar, ¡me estaba ahogando!

¡ya viene – dijeron – ya viene!

y por fin... ¡te ví, -mamá-, te ví!

ensangrentada y con tus ojos llenos de lágrimas...

¡mi hijo! – gritaste – ¡mi hijo!

yo, con la mirada, te agradecí;

por haberme defendido,

por mi corta vida; por conocerte,

por tu amor… ¡gracias mamita!...adiós, madre mía!

¡ha muerto – dijo el doctor –, el niño ha muerto!
La Llorada en Azoyú, perdón y memorial colectivo
.
Isaías López Abundis
Azoyú, Gro
La Llorada de los Viejitos o La Octava en honor a San Miguel Arcángel, se celebra cada primer domingo de octubre en Azoyú. Este año ese encuentro tuvo lugar el miércoles 6, y se contó con la participación de las autoridades municipales, los mayordomos encargados de la fiesta de este año, los miembros de la mayordomía electa para el año 2011, y vecinos de los distintos barrios de la ciudad.
Es esta una fiesta única en su tipo en toda la región de la Costa Chica de Guerrero. Es, al mismo tiempo, un memorial para los fieles que perdieron la vida en el último año, y un acto de perdón colectivo, no solamente aplicable al momento presente, sino sobre todo, puede entenderse como un acto de perdón y aceptación por el desencuentro histórico entre el pueblo indígena y el pueblo conquistador español, que tuvo lugar hace más de 500 años.
La Llorada es una especie de reconciliación del pueblo de Azoyú con su propia historia, aceptando el mestizaje y la convivencia entre individuos que son iguales ante Dios, aunque sus circunstancias de vida hayan sido distintas hasta antes de la Conquista, y agravadas y perpetuadas por ella, pero cuya existencia ha transcurrido entremezclándose irremediablemente hasta el presente, hasta construir un solo pueblo, con una identidad mestiza sin par, de la que emergen individuos orgullosos de su linaje sea indígena, o sea extranjero, o ambos.
Este encuentro entre vecinos que comparten la vida cotidiana en este pintoresco pueblo de origen eminentemente tlapaneco, resulta tan conmovedor, que los participantes lloran sin reprimirse, y por eso a esta fiesta de La Octava se le conoce tradicionalmente como La Llorada. Si bien La Llorada es encabezada por los ancianos del lugar (como fiel tradición del pueblo raíz tlapaneco), la fiesta involucra a hombres y mujeres de todas las edades.
Consiste en la organización de dos grupos de vecinos que a la hora convenida se colocan a distancia uno de otro, encabezados ambos por ancianos.
El silencio que se impone entre ambos contingentes se rompe de pronto con los repiques de campanas de la iglesia principal, luego de lo cual una banda de viento tradicional irrumpe con la alegría de piezas musicales de la región, y se corona el momento con un espectáculo de fuegos artificiales.
Es el momento del encuentro. Los grupos avanzan al mismo tiempo hasta toparse. Intercambian collares de flores y abrazos y se oye el discurso del líder principal, que es ante todo un acto de acción de gracias por la vida que se tiene, y una solicitud de perdón por las faltas cometidas la vecinos, al amigo, al pariente, al enemigo y al extranjero.
De los dos contingentes, uno parte del lado oriente y representa a los pueblos originales que habitaban este lugar hasta antes de la llegada de los españoles, y otro que parte del lado poniente representando justamente a los conquistadores.
Es costumbre que se invite al presidente municipal en turno y l párroco del pueblo; al encontrarse se intercambian ensartas de flores de cempoalxóchitl y cacaloxóchitl, ahí se abrazan…y no pocos lloran.
Cita uno de los mayordomos de La Llorada: El motivo principal de este encuentro es el de perdonarse por las ofensas recibidas, llorar juntos por los seres queridos que se han ido al cielo, por los que se han quedado a sufrir en este mundo, y por la incertidumbre de no saber si para el año venidero aún estaremos presentes”.
Al final del acto, el presidente municipal y el párroco, envían al pueblo mensajes de reconciliación y perdón, y hablan de la importancia de mantener vivas las tradiciones que nos legaron nuestros ancestros. El llanto da paso a la alegría, al baile, al zapateado de chilenas. La banda de “Chile Frito” interpreta piezas musicales con motivos fúnebres, alternándolas con melodías alegres. Luego todos se dirigen a la Iglesia a recibir la bendición en nombre de Dios.